El entrenador del Arsenal Arsène Wenger recibió este viernes una suspensión de tres partidos por parte de la Federación Inglesa (FA) por "mala conducta", después de sus airadas declaraciones contra el árbitro del partido ante el West Bromwich, el 31 de diciembre.

"El entrenador del Arsenal reconoció que su lenguaje y su comportamiento hacia los árbitros del partido ante el West Bromwich el domingo fueron injuriosas, inapropiadas, y ponían en duda la integridad del árbitro", justificó la FA, precisando que el francés recibió asimismo como castigo una multa de 40.000 libras (45.000 euros).

El técnico de 68 años criticó duramente al árbitro Mike Dean, después de un penal pitado contra su equipo al final del partido del pasado domingo, en el último día del 2017. "Fue algo muy frustrante. Lo más frustrante para mí es que ha pasado varias veces esta temporada, contra el Stoke, el Watford, el Manchester City y ahora contra el West Brom. Es por eso que me quedé descontento" por ese penal, explicó en la conferencia de prensa, asegurando que el árbitro había "visto lo que había querido".

El técnico alsaciano mantuvo sus palabras "al 100%" el miércoles, al término del empate 2-2 ante el Chelsea, marcado por un nuevo penal dudoso contra el Arsenal. Wenger calificó entonces la decisión de "grotesca" por esa pena máxima, tras una falta de Héctor Bellerín sobre Eden Hazard.

Es la segunda vez en menos de un año que el entrenador del Arsenal es suspendido por la FA. En enero de 2017 fue castigado con cuatro partidos de suspensión por haber empujado al cuarto árbitro de un partido del campeonato contra el Burnley, después de haber sido expulsado a la grada por el juez principal del partido. Entonces, Wenger presentó sus disculpas por lo ocurrido.