La convulsionada Copa América, golpeada por la pandemia y en duda hasta poco antes de su inicio, finalmente tendrá una final soñada. Otra vez a Brasil y Argentina como protagonistas, pero ahora el condimento especial es otro: el enfrentamiento entre Neymar y Messi. Pero a no engañarse. Pese a las eternas diferencias futbolísticas entre ambos países, las dos estrellas han cultivado una fuerte relación de amistad a través de los años.
Neymar llegó a Barcelona en 2013, precisamente por la atracción que ejercía la figura del argentino en el mejor equipo del mundo. Más de una vez lo reconoció públicamente, incluso después de salir del equipo catalán en 2017, cuando protagonizó la transferencia más alta de la historia para marcharse a PSG, a cambio de casi 242 millones de dólares.” Un día, Messi vio que estaba triste y empezó a hablar conmigo: ‘Tienes que ser tú. Juega tu fútbol y no te dejes intimidar’. Después de hablar con él me comencé a soltar. Fue cuando me relajé y comenzó una amistad muy grande”, dijo el propio Ney en una entrevista con O Globo, en 2018.
Duelo esperado
Cuando el Scratch derribó a Perú, en semifinales, su estrella ya tenía todo claro: “Quiero enfrentar a Argentina”.
Hoy, el ex santista se medirá por tercera vez a su gran amigo en duelos oficiales. En las dos anteriores repartieron honores, Barcelona venció 4-0 a Santos en el Mundial de Clubes de 2011 con dos goles de La Pulga. El garoto tuvo su revancha en las eliminatorias para Rusia 2018, cuando Brasil goleó 3-0 a Argentina en Belo Horizonte, con gol y asistencia de Ney, el 10 de noviembre de 2016.
El rosarino mantiene un déficit con su selección adulta, con la cual no ha logrado ningún título, aunque Argentina prolonga la sequía por 28 años. En el lado de Neymar la presión tampoco es menor. En 2019, el paulista no disputó el torneo continental por una lesión. Y aunque ya tiene en su palmarés la Copa Confederaciones de 2013, ser el mejor de América tiene un sabor especial para la estrella del PSG, sobre todo porque se juega en su casa.