La Fórmula 1 no va más en Rusia. Luego de la invasión del país presidido por Vladimir Putin a Ucrania, el mundo del deporte tomó diferentes decisiones al respecto, como la de sacar a la selección rusa de las competencias de la FIFA. Y, este jueves, se sumó una nueva. Una que golpea a los fanáticos de los autos a toda velocidad, aquellos que protagonizan el mejor Mundial del mundo.

La organización Liberty, que estaba a cargo del Gran Premio de Rusia, informó la cancelación del contrato que estipulaba el desarrollo del evento hasta 2025, por lo que la cita que este año debía disputarse en Sochi, para luego realizarse en San Petesburgo, en 2023, no volverá a formar parte de la competencia.

En un inicio, la F1 comunicó únicamente la suspensión del GP de Sochi, que estaba programado para septiembre de 2022, ya que varios de los pilotos, incluidos Sebastián Vettel, Carlos Sainz y hasta el vigente campeón Max Verstappen expresaron su negativa a participar en la carrera que se corrió desde 2014 hasta 2021.

“La Fórmula 1 puede confirmar que ha rescindido su contrato con el promotor del Gran Premio de Rusia. Significa que Rusia ya no tendrá una carrera en el futuro. La semana pasada la F1 anunció que es imposible celebrar el Gran Premio de Rusia en 2022 en las circunstancias actuales”, señaló el comunicado del Mundial al respecto.

El Consejo Mundial de Automovilismo optó por prohibir todas las carreras que debían llevarse a cabo en Rusia y en Bielorrusia, así como tampoco le permitirá a los equipos de estos países correr ni exhibir banderas o símbolos oficiales.

Solo podrán participar en eventos aquellos pilotos que lo hagan de manera neutral, con la bandera de la FIA, pese a que dependerá de la autorización de los anfitriones. Reino Unido ya manifestó que rusos y bielorrusos no podrán competir en su tierra.

De esta forma, el conflicto entre Rusia y Ucrania deja al país de Putin sin otra de sus mayores atracciones deportivas en menos de un año, ya que la final de la Champions League, que debía jugarse este año en San Petesburgo, también fue cancelada por la UEFA.

La decisión, además, afecta con fuerza a la Formula One Management, que recibía un monto aproximado de 50 millones de dólares cada vez que se llevaba a cabo el GP de Rusia, una cifra que doblega las ganancias obtenidas en otros circuitos europeos que forman parte de la F1.