La Fórmula 1 regresa con todo: Lando Norris resplandece en una intensa lluvia y se queda con un caótico GP de Australia

Los accidentes marcaron la competencia disputada en Melbourne, pues seis pilotos debieron abandonar. McLaren, liderados por el británico, se quedó con la primera carrera de la temporada. Max Verstappen (Red Bull) y George Russell (Mercedes) cerraron el podio.
Hasta que volvió la Fórmula 1. Y lo hizo para celebrar sus 75 años. Con una intensa lluvia y un imprevisible pronóstico para la competencia en Melbourne, se dio inicio a la temporada de la máxima competencia del automovilismo en el mundo. Ahí, un Lando Norris que apuesta alto se quedó con el Gran Premio de Australia.
El nacido en Glastonbury lideró las 57 vueltas por un frío y gris Albert Park. El cielo negro y las inclemencias del clima marcaron una carrera que hizo sufrir a los pilotos, principalmente a los novatos.
McLaren confirmó que tiene el mejor monoplaza, aunque Max Verstappen (Red Bull) aún tiene algo que decir. El neerlandés fue segundo y George Russell (Mercedes) cerró el podio. El resultado estuvo marcado por un sorprendente Kimi Antonelli (Mercedes), que revalidó todas las esperanzas depositadas en él y finalizó cuarto. El Williams de Alex Albon se instaló quinto y el Aston Martin de Lance Stroll sexto. Los Ferrari, por su parte, sufrieron en la medianía e iniciaron la temporada con un fracaso. Charles Leclerc fue noveno y Lewis Hamilton terminó décimo.

Un accidentado GP de Australia
Pese a la incesante tormenta que afectó a Melbourne, que obligó a suspender la Feature Race de la Fórmula 2 por medidas de seguridad, se desarrolló el estreno de la F1. El auto de seguridad dio una serie de vueltas para ver las condiciones de un peligroso escenario.
Ni siquiera había comenzado la competencia y ocurrió el primer accidente. Isack Hadjar duró apenas dos curvas y se estrelló. El joven de Racing Bulls incluso fue consolado por Anthony, el padre de Lewis Hamilton. A este se le unió Jack Doohan, quien volvió a sufrir la maldición australiana en su casa. Casi instantáneamente, Carlos Sainz estrelló su Williams con el muro de la última curva. 30 vueltas después, Fernando Alonso también protagonizó un error en el giro siete y chocó su Aston Martin.
En contraste de los accidentes, Norris brilló, realizando una gran salida. En la largada Max Verstappen hizo gala de su calidad para conducir en situaciones límite y superó a Oscar Piastri. Eso sí, un error lo hizo volver al tercer puesto en el desarrollo de la carrera.
El coche de seguridad marcó un punto de inflexión en la competencia. La parrilla de pilotos cambió de neumáticos. La lluvia había cesado y el terreno se había ido secando con la huella de los monoplazas, por lo que pasaron de intermedios a lisos, a 14 vueltas para el cierre. En ese momento, la locura se apoderó del Gran Premio.
La lluvia volvió e hizo que muchos pilotos se salieran de la pista, trompearan y se accidentaran. Los rookies no lo pasaron bien. Liam Lawson (Red Bull) y Gabriel Bortoleto (Sauber) se sumaron a la lista de los abandonos. En un mismo momento, los McLaren abandonaron la pista, con mejor suerte para Norris, que solo perdió un puesto con Verstappen. Piastri, en tanto, llegó a perder una vuelta mientras trataba de salir de la rampa del césped. Ahí se olvidó de cualquier idea de podio. La maldición de los australianos seguía primando.
Norris cambió nuevamente las gomas y recuperó el liderato tras un error del neerlandés para terminar quedándose con el Gran Premio de Australia, a pesar de la incansable presión del tetracampeón.
Verstappen fue segundo y Russell cerró el podio. Antonelli, Albon y Stroll los siguieron. Mientras que Nico Hülkenberg (Sauber), Leclerc, Piastri y Hamilton cerraron el top 10 de un accidentado Gran Premio de Australia. La Fórmula 1 volvió con la locura que la caracteriza.
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