La fórmula de Coté
María José Pérez de Arce tiene 15 años, ya maneja monoplazas y acumula planes en el automovilismo. Haber sido la mujer más rápida del mundo en karting da base a esos sueños.
Es un día de entrenamiento cualquiera en Lampa Kart Center. Un par de pilotos giran en la pista a 40 grados Celsius y una niña los mira. Hasta hace algunos años ahí terminaba la historia. Hoy, esa chica se viste de buzo y entra también a practicar. Es una más, aunque tiene solo 15 años. Es una más, porque aun joven, ha sido premiada incluso fuera de Chile. Es María José Pérez de Arce, la niña que sueña con la velocidad.
Coté es callada. Así ha sido su carrera también. Este año fue al Sudamericano (única mujer chilena) y la final junior de la Rok Cup, la serie de carreras que se desarrolla en casi 30 países y que cierra la temporada cada año en Lonato, Italia. No fue su primera vez allí.
María José comenzó en el karting a los 11 años. Su padre, Patricio, es preparador de autos de carrera y la pequeña lo ha acompañado desde siempre a las pistas. "Cada vez yo sentía que me gustaba más y tenía muchas ganas de subirme a un auto, pero nunca tuve la oportunidad. A los 11 me regalaron un kart, me gustó al tiro. Me llevaron a entrenar, pensaron que me iba a aburrir, pero cada vez me gustaba más", recuerda la volante.
La niña había partido en las motos de cuatro ruedas, pero su padre lo consideraba muy peligroso. En cambio, en los karts, en menos de seis meses ya corría seriamente, con auspicios de la marca. "De chica mostró interés, pero el nivel al que ha llegado María José, los resultados internacionales... Nunca pensé que llegaría a esto. Es su deporte, se prepara físicamente, está con un equipo multidisciplinario, todo por iniciativa propia y en función de estar bien preparada para competir", dice su padre.
La preparación física incluye una rutina de ejercicios y los lunes o miércoles va al kinesiólogo o al quiropráctico. Tiene una dieta especial que respeta "de lunes a viernes", aunque cuando tiene carrera "no fallo por dos semanas, para tener mejor resistencia".
Pato Pérez de Arce tiene una carrera de 30 años como fabricante de autos y mecánico en jefe de equipos y pilotos internacionales. Él le enseñó a correr y es quien la acompaña a caminar el asfalto antes de una carrera. "Después de un tiempo, es una misma la que se da cuenta por dónde tiene que enfrentar la pista", dice la niña.
¿Cuáles son aquellos resultados? En su primera temporada fue tercera de la categoría Rookie Mini. Un año después, en 2016, clasificaba por primera vez a la final italiana, al levantar el título en Mini. En 2017, en Junior (siempre mixto) fue tercera, dando otra vez el paso a Lonato. Esta oportunidad sería inolvidable, pues fue premiada como la mujer más rápida del campeonato en Juniors. Al año siguiente recibió el mismo galardón.
Sobre sus logros en Italia, Cote dice que "nunca pensé que iba a ser tan rápido, porque no llevo tanto tiempo en esto. Hay pilotos que llevan años y han tenido esos buenos resultados".
Apareció entonces una nueva internacionalización, con presencias en Estados Unidos en las temporadas 2016 y 2017, siempre cerrando el año en la finales de la Rok Cup. Ahora, un equipo italiano la invitó y le subvencionó casi en todo (auto, motor, mecánico, neumáticos) para correr el Campeonato Italiano 2020. De todas maneras, busca sponsors. "En karting los costos son relativos, pero en fórmula son altos", dice el papá.
Es que el año pasado incursionó en los autos de fórmula. La F3 nacional la acogió y con éxito, pues consiguió dos podios. La Codasur fue el paso siguiente, los únicos autos en Chile que corren con estándares FIA. "Estoy aprendiendo. Mi objetivo por ahora es hacerlo bien, nada más. Recién me estoy subiendo este año a esos autos. Espero tener mi primer podio", declara la hija menor, que sueña con llegar a la W Series, la F1 de las mujeres, y también con ser neurocirujano.
Dice Coté que ha tenido bastante apoyo de los pilotos de la Codasur, nada de discriminaciones. Ahora, porque antes, "siendo mujer es difícil entrar en este mundo del automovilismo. Ha costado, porque siempre a una la miran como 'no lo va a hacer bien', 'no tiene tu nivel'. Cuando llegué al karting me miraban en menos. En la fórmula no tanto, porque son adultos. En el karting eran niños".
Claro, hay madurez en las palabras de María José, que sabe que su actividad es riesgosa. "Lo sé, pero nunca lo he visto como algo malo. Me da lo mismo que sea peligroso, igual lo voy a seguir haciendo. Aquí los choques nunca son leves, pero para evitarlo hay que siempre salir concentrada a la pista, como dice mi papá, con la cabeza, para no cometer errores".
María José ya he tenido accidentes fuertes: se volcó en su primera carrera y en Italia se fracturó la mano derecha cuando un kart le cayó encima. Esa vez siguió corriendo como si nada.
Confianza
La visión del padre: "Como papá es difícil separar. Como su ingeniero de pista, uno tiene cierto nivel de exigencia, dado el objetivo que uno se propone, que es siempre tratar de ganar. Cuesta separar, porque cuando uno exige, en el fondo también hay riesgo. Pero ella tiene grandes condiciones y eso genera confianza".
¿Cómo enfrenta una niña una carrera de autos? "A veces, si hay que arriesgar para poder ganar, se hace, pero yo la verdad prefiero quedar segunda y no romper el auto o hacerme daño".
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