Casi dos años han pasado desde que el camarín de la selección chilena se quebró. El 10 de octubre de 2017, la Roja cayó por 3-0 ante Brasil en la última fecha de las Eliminatorias para el Mundial de Rusia 2018, resultado que la dejó sin opciones de clasificación. La derrota desataría una de las crisis internas más profundas que el equipo nacional haya vivido y que, 24 meses después, por fin puede tener solución.

Todo partió con un simple mensaje en Instagram. Solo habían pasado unos cuantos minutos desde la consumación del fracaso, cuando Carla Pardo, esposa del capitán Claudio Bravo, disparó a través de esa red social. "Gracias por todos los lindos momentos mi selección... gracias mi capitán América por todo lo vivido. Fue realmente hermoso. Pero cuando se ponen la camiseta tiene que ser con profesionalismo. Yo sé que la mayoría se pelaron el culo, mientras otros se iban de fiestas e incluso no entrenaban de la borrachera que llevaban. A quien le quepa el sombrero que se lo ponga y que se deje de andar llorando. Porque ahora es un país entero el que llora. Aquí te esperamos con los brazos abiertos mi capitán", escribió la cónyuge del arquero.

Los dardos apuntaban a Arturo Vidal y, precisamente, así lo asumió el Rey, quien se transformó en el principal enemigo del portero del Manchester City, luego de que este respaldara los dichos de su mujer en la zona mixta de aquel partido. El grupo se puso del lado del agredido.

De ahí en adelante nunca más se reencontraron en el vestuario de Chile. Hasta ayer, cuando después de tanto tiempo volvieron a coincidir en una concentración.

El exarquero de Real Sociedad y el Barcelona aterrizó en Alicante, España, para sumarse al cuadro comandado por Reinaldo Rueda, que disputará dos amistosos, ante Colombia (sábado 12) y Guinea (martes 15). El meta llegó en silencio y saludó amablemente a los periodistas presentes, aunque no se pronunció respecto a ningún asunto en específico. "Después vamos a hablar, más tranquilos y ordenados", le comentó a la pasada a los medios de comunicación.

Lo propio hizo Alexis Sánchez. El delantero de Inter de Milán arribó con buen semblante y conversó animadamente con los reporteros. Eso sí, nada de la Roja o de su presente en Italia. Se fue raudo para ponerse a las órdenes del técnico colombiano. Al igual que Guillermo Maripán, que aterrizó procedente de Francia y se fue directo al hotel de concentración, sin dar declaraciones.

Sin embargo, Vidal sí quiso hablar. El volante del Barcelona abordó brevemente lo que pasará en el camarín una vez que se reencuentre con Bravo, quien estuvo en la nómina anterior, de la que él se ausentó. "Ahora vamos a ver qué pasa. (La conversación) queda dentro del camarín. Hay que trabajar pensando solo en la selección, en el bien de todo un país y que la selección siga creciendo y vuelva a ser una de las mejores del mundo", comentó.

Gary Medel, el capitán de la Roja tras el cisma con Bravo, hizo un llamado a la paz, apegado a su nuevo rol. "Estoy contento por la vuelta de Claudio. Da liderazgo y juega bien con los pies… Seguro hablaremos en el camarín, pero eso se queda ahí. Tenemos que estar todos unidos por el bien de Chile", sostuvo.

"Lo más importante será hacer un grupo y hablar de todo lo que ha pasado… Hay que intentar solucionarlo. Todo va a quedar ahí. La página ya está dada vuelta. Ahora hay que pensar en lo que pasa dentro del campo (...) Es bueno juntarse y pensar en el futuro. Mejor que sea en Europa, porque hay menos desgaste", expresó.

El Pitbull también se refirió a quién portará la jineta en los próximos dos amistosos ahora que coincidió con Bravo. "Da igual quién lleve la jineta. Lo importante es aportar al equipo. La capitanía es algo secundario", advirtió el defensa del Bologna.

Bravo y Sánchez, cariño puro

Durante la tarde de Chile, la selección chilena entrenó en Alicante. Allí se pudo ver al Niño Maravilla saludar cariñosamente al arquero del monarca de Inglaterra. Sin embargo, el reencuentro entre Bravo y Vidal no se pudo dar oficialmente porque el mediocampista llegó después del entrenamiento.

Algunas horas más tarde, el Rey publicó una historia en su cuenta de Instagram, donde aparece junto a Fabián Orellana y Medel en una pieza del hotel donde aloja la Selección, mientras juegan PlayStation.

La foto de la reconciliación no se produjo ayer. Habrá que esperar un poco más.