Fernando Signorini es una de las personas que mejor conoció a Diego Maradona. Como preparador físico personal, el Ciego le acompañó en cada oportunidad en que el mejor futbolista del siglo XX, según la FIFA, le necesitó para alcanzar su mejor forma. Una de ellas, emblemática: la puesta a punto que realizó el astro para llegar al Mundial de Estados Unidos en 1994 cerca de la versión que deslumbró al planeta.
Maradona llegó a ese torneo casi en plenitud. Lo demostró mientras estuvo en el campo de juego, al punto de perfilar a Argentina como candidato al título. El resto de la historia es conocida: el Diez arrojó positivo por consumo de pseudoefedrina en el control posterior al duelo ante Nigeria. Como consecuencia, se tuvo que despedir del certamen. “Me cortaron las piernas”, alegó después, como muestra de su desazón. Decía, en esa oportunidad, que estaba “limpio”, para reforzar la idea de que no había consumido drogas ni ningún elemento con el que buscara aumentar su rendimiento.
Los dardos
Signorini habla en el documental La Hija de Dios, que protagoniza Dalma, la mayor de los vástagos de Maradona, en HBO Max. Ahí recapitula la incidencia, aportando antecedentes llamativos. “A 8 días del comienzo del Mundial, el doctor Ugalde, que era el médico de la Selección, venía siempre y decía junto al representante Marcos Franchi: ‘Tantas pastillas que le das a Diego… Yo tengo miedo’ Entonces le digo: ‘Escuchá, ¿por qué no le decís a Grondona que baje una orden de FIFA para hacer un control antidopaje a todo el equipo?’. Bebo unos mates y veo que sale Grondona. Voy otra vez a la habitación de Ugalde y le digo: ‘¿Y?’. ‘Dijo que no’, me dice. ‘¿Cómo que dijo que no? ¡Podemos tener una bomba atómica abajo de la mesa!’ Eso me quedó...”, revela.
El relato pasa ahora, al l momento más icónico. “Cuando se produce lo que se produce después del partido con Nigeria, yo estoy en mi habitación y a los cinco minutos, golpean. Abro la puerta y Daniel Cerrini (personal trainer) estaba llorando. Me dice que Marcos Franchi le había confirmado que el doping era de Diego”, explica.
La descripción continúa. “No pasó ni un minuto y escuchamos un grito desgarrador Cuando se produce la contraprueba del doping, va Roberto Peidró, uno de los jefes médicos de Argentina, y ve que en los tubitos con la muestra decían la sustancia que se tenía que buscar. Él, inmediatamente, le dice a los tipos: ‘Esto viola el protocolo. La contraprueba no tiene valor y por lo tanto, Diego está adentro del Mundial’ Cuando vos vas a buscar una muestra, no podés saber lo que vas a buscar. Estaba direccionado. Los demás se enojaron y hasta lo insultaron. Piedró sale, se encuentra con Grondona y le dice: ‘Don Julio se acabó. Diego está adentro porque el protocolo…’, afirma Signorini.
La traición que Maradona no perdonó
La respuesta de Piedró remite, necesariamente, a las múltiples ocasiones que Maradona declaró haberse sentido traicionado por Grondona a quien, por cierto, también le reconoció sus aciertos. Signorini revela: “Y le dice: ‘No, no hables con nadie de esto. Ya lo saqué del Mundial’. ‘¿Cómo que lo sacó del Mundial?’. ‘No hables de esto’ y le cortó”, profundiza.
La conclusión del preparador tiene que ver con las aspiraciones que Grondona tenía para su carrera directiva. “Cuando termina el Mundial, el señor Julio Humberto Grondona fue nombrado vicepresidente de la FIFA y presidente de la comisión de Finanzas para manejar una bolsa de cientos de millones de dólares sin saber hablar inglés... ¿Vos te acordás del juego de figuritas, yo te doy esta a cambio de la otra? Diego fue entregado”, sentencia.