A los 31 años, Emanuelle Silva parte de cero. Atrás queda una historia llena de gloria en el patinaje sobre ruedas, donde conquistó títulos nacionales, panamericanos y mundiales. En pocas palabras, lo ganó todo. Por eso, ahora es tiempo de iniciar un nuevo desafío. Y nada menos que en el patinaje sobre hielo.

“Empecé con ese bichito de irme a hielo cuando quedé campeón panamericano en Toronto. Ahí yo dije que podría probar, pero todavía me faltaba ser campeón mundial adulto en la disciplina de ruedas. Y justo Erin Jackson, campeona olímpica de hielo, que salió del patinaje sobre ruedas, me había invitado”, recuerda.

“Cuando supe que los Panamericanos de 2023 iban a ser en Santiago, me puse de cabeza a entrenar para ganar los Juegos. Y un mes antes era el Mundial de ruedas, que para mí era un campeonato preparativo y era para saber qué me faltaba para llegar 100% a mi país y ganar el título. Y anduve tan bien que me consagré campeón mundial adulto, que era lo último que me faltaba”, detalla.

En Santiago ganó un oro, que pudieron ser dos, debido a una caída provocada por un rival brasileño, que terminó en un bronce. Pero más allá de ese incidente, la decisión de dar el salto ya estaba tomada. “Hablé con Erin y me dijo que ahora era el momento porque no me quedaba nada más. Mi círculo cercano también me dijo lo mismo. Y yo pienso que es una posibilidad de seguir rompiendo barreras y abrirme un mar de posibilidades que no voy a encontrar en ruedas”, establece.

Con la decisión tomada, faltaba dar el paso. “Erin me dijo, ‘vente a mi casa, a principio de año’. Su casa es en Salt Lake City, donde concentra gran parte del equipo de hielo de Estados Unidos. Entonces, me fui en febrero y empecé a coordinar cosas. Me fui por cuatro o cinco semanas, que era la última parte de la temporada de hielo que dura seis meses”, relata.

Sin patines ni ningún equipamiento adecuado comenzó su periplo por Norteamérica: “Allá un miembro del equipo me pasó unos patines prestados. Los patines son a molde y con fibra de carbono. Me enamoré del sistema, de cómo se trabaja y de muchas cosas que hacía sobre ruedas individualmente, pero acá las hacía de forma grupal con el equipo olímpico”.

Una de las exigencias de la modalidad es el requisito de marcas para poder inscribirse en los campeonatos desde el más mínimo hasta el más sofisticado. “Cuando comencé me demoraba más de un minuto en hacer los 500 metros porque no sabía patinar”, confiesa.

“El entrenador de Erin me decía que más o menos me iba a demorar unos seis meses en bajar los 40 segundos. Para darte una idea, en ruedas, uno se demora 42 segundos en hacer los 500. Y acá me pidieron bajo 40 segundos. Es harto. A las cuatro semanas se presentó una competencia a nivel local en Salt Lake City y todos me motivaron a competir. Hice 40 segundos, pero tenía muchas ventanas de mejora porque iba con muchas dudas. Entonces, me dice el entrenador que cree que yo iba a hacer 38 a la otra semana. Y así fue. Una marca que iba a hacer en seis meses, la hice en la quinta semana”, resalta.

Ilusión olímpica

La motivación creció y comenzaron las gestiones para conseguir recursos, pues en Chile ya no existe la Federación de Patinaje sobre Hielo, que alguna vez impulsó María José Moya. Así se contactó con las autoridades del deporte para presentarles un proyecto. “Es un deporte caro y con recursos personales es imposible estar allá. Entonces, la idea es hacer la temporada de seis meses en hielo y los otros seis meses en ruedas”, explica. Y la respuesta fue positiva de parte del IND y del Plan Olímpico. “Estoy muy agradecido de ellos”, afirma.

Silva también detalla que la marca mínima para competir en una copa del mundo ronda los 36 segundos. “Mi meta es llegar a los 37 segundos en este periodo de entrenamiento y ojalá llegar al 36 alto, cosa de poder terminar este primer ciclo haciendo marcas más cercanas para clasificar a copas del mundo”.

Por esa razón, el deportista nacional viajó esta semana a Estados Unidos para iniciar la temporada. “En estos momentos necesito mucho contacto con el hielo e ir tomando nivel más competitivo y así ir escalando en los campeonatos”, agrega. Y es claro a la hora de fijar su meta: “Mi meta son los Juegos Olímpicos de Invierno de 2026. Sé que puedo lograrlo. Además, me decían que todos se demoran cuatro o seis meses en llegar a las marcas que llegué yo en cuatro semanas. Entonces, estoy tratando de hacer todo súper exprés.