Todos los días. Todos datos nuevos. Informaciones cruzadas que vienen del norte y del sur, de este y oeste, que básicamente pueden "cambiar la dirección" del traspaso de los derechos del Canal del Fútbol. Un proceso que se inició en 2015 y que a medida que se acerca la fecha final, va despertando (y acrecentando) el cruce de intereses, versiones, filtraciones, comidillo y todo lo que se pueda mover por debajo de la mesa.

Hace tiempo que el fútbol profesional chileno se mueve con esa directriz. Algunos hablan de política dentro del fútbol, otros prefieren decirle guerra sucia. Ricardo Abumohor, en entrevista con La Tercera, se refirió a las formas con que se negocian las decisiones más importantes de la actividad y enfatizó: "Si no dejamos intereses personales de lado, si no vemos que hay cosas que hoy te pueden perjudicar pero que mañana te van a favorecer, no tenemos alternativa". Al menos en lo que se refiere a la licitación de los derechos del CDF, esa máxima no se ha cumplido.

El proceso formal involucra un pacto de silencio entre directores de la ANFP, representantes de clubes en una comisión y la firma BTG Pactual (encargada de asesorar en la búsqueda de la mejor oferta). En lo formal también, eso sí se ha respetado, pero el asunto cambia totalmente cuando se cruza la frontera de la clandestinidad. Motivados por intereses en uno u otro bando, se han conformado camarillas entre los dirigentes de clubes que conforma el Consejo de Presidentes. Grupos de WhatsApp que prácticamente se han transformado en foros de discusión sobre qué oferente es mejor y que oportunamente se encargan de hacer llegar a los medios. Con condiciones: "Para que lo manejes, no para que lo publiques"

Se sabe que las cadenas que compiten por quedarse con la principal fuente de ingresos del fútbol chileno son Turner, Fox, Liberty y el fondo de inversión City. A varios directivos de clubes les han llegado mensajes explicando los pro y los contra de cada propuesta. Explicaciones sesgadas según el interés de turno.

Que Fox ha invitado a dirigentes a comidas, que Turner ya tiene comprometida como parte de su proyecto 2,9 millones de dólares para cada institución del fútbol criollo. Que el lobby ha sido brutal, que incluso se han formado confabulaciones para desestabilizar a la directiva de Arturo Salah, como una forma de ejercer presión en este asunto. Cada día aparece una nueva teoría de la conspiración que se cuenta intencionadamente.

Versiones de dirigentes, de los oferentes y hasta de la ANFP. Acusaciones cruzadas y ofertas de noticias que "aclaran las bondades del plan CDF". Todo en off, obviamente, porque nadie se atreve a hablar abiertamente del tema. O algunos, sí. Los menos, como Lorenzo Antillo, de Audax Italiano, que habló pero para sembrar sospechas: "Me llamaron de Fox para conversar, pero preferí no reunirme".

Incluso esta idea de algunos clubes de romper el acuerdo de un torneo largo, encabezada por el presidente de Everton, Pedro Cedillo, se ha asociado a actitudes matonistas en contra de la directiva de la Asociación. Una interpretación que se encargó personalmente de transmitir la gente de la ANFP. En Off, por supuesto.

Incluso desde el mismo CDF, donde esperan casi como espectadores el final de la carrera, surgen apuntes sobre este tema. Ofertones de dinero y cargos ejecutivos. Reuniones secretas. Rivalidad por los años que debe durar la cesión de los derechos televisivos del balompié profesional. Los llamados grandes (Colo Colo, la U, Católica) han manifestado su incomodidad con lo que llaman "secretismo" de la ANFP en este proceso. Aníbal Mosa lo planteó en una conferencia de prensa y según las filtraciones que no dejan de llagar, hoy representantes de los tres clubes asistirán a la sede del fútbol para "pedir explicaciones".

El 24 de noviembre vence el plazo (si es que no se corre nuevamente) para hacer las ofertas por el CDF. Luego toca el Consejo de Presidentes donde se presentará la mejor propuesta, en fecha por definir. Aunque hay versiones (en off, por supuesto), que dicen que la ANFP ya tiene decidido el ganador. Cualquier cosa puede pasar (o filtrarse) hasta que se anuncie la decisión final.