Decimoquinta posición en el Torneo Nacional. Zona de descenso directo a la Primera B. Esa es la realidad de la Universidad de Chile. Cuatro puntos —un empate y un triunfo— y como goleador del equipo un defensor. Hoy, el cuadro de Alfredo Arias sucumbió ante Antofagasta por 3-1 y selló otra fecha para el olvido.

El schadenfreude, ese regocijo por el dolor ajeno tan presente en el fútbol, no se hizo esperar en el Norte. La hinchada antofagastina, cuando el partido ya culminaba y la victoria estaba asegurada, comenzó a recordarle a la gente de la U su pasado más oscuro: el descenso.

"Son de la B, son de la B", cantaron sin conmiseración alguna. La mofa estaba servida para usarla como alcohol en una herida... esa herida de la U que pareciera volver a abrirse poco a poco.