Brittney Griner está viviendo una pesadilla en Rusia. La pivot norteamericana nunca pensó que uno de sus viajes deportivos a Moscú terminaría con una detención que la tendría seis meses encarcelada y ahora con la opción real de tener que cumplir una condena de nueve años en prisión.
Una situación que ha provocado tensión entre las naciones e impacto en el mundo del deporte. Miles de personas se han manifestado para dejarla en libertad, pero aquello se ve lejano. Y es que el país europeo suele ser muy severo con los castigos de esta índole. De hecho poco sirvió que Joe Biden haya solicitado la libertad inmediata de la estadounidense en febrero, cuando recién se supo de su detención en el aeropuerto de Moscú.
Y es que la importancia de Griner en el país norteamericano ha hecho inevitable que la situación repercute de sobremanera. Con 31 años, la pivot es una de las jugadoras más reconocibles de la WNBA (liga femenina de la NBA) y figura estelar de la selección estadounidense de básquetbol.
Nacida en Houston, Texas, Griner rápidamente se transformó en una referencia del baloncesto femenino, logrando ser una estrella ya a nivel universitario, cuando destacó durante sus cuatro años en Baylor. Aquello le valió ser seleccionada por los Phoenix Mercury en la primera posición del draft de 2013 y de paso transformarse en la primera básquetbolista abiertamente homosexual en firmar con Nike.
Con el equipo de Arizona ha disputado nueve temporadas en la WNBA, consiguiendo grandes reconocimientos y trofeos. El más importante es sin dudas haber conquistado el anillo con Phoenix en la temporada 2014, en donde derrotaron a las Chicago Sky por 3-0 en la serie. En 2021 quedó a un paso de repetir la hazaña al caer en la final.
A nivel individual su palmares es aún más impresionante. En la liga norteamericana ha sido All Star en ocho ocasiones, campeona anotadora en dos y líder en bloqueos en ocho oportunidades. Eso sí sus premios más importantes fueron ser elegida en dos ocasiones como la jugadora defensiva del año (2014 y 2015), además de la MVP de las finales universitarias. Con Estados Unidos tiene el honor de haber conquistado dos medallas de oro en los Juegos Olímpicos, primero en Río 2016 y después en Tokio 2020.
Aquellos logros deportivos son los que ponen a Rusia en el mapa, ya que Griner aprovechaba los meses libres en Estados Unidos para jugar por el UMMC Ekaterinburg, de la ciudad rusa Ekaterimburgo. Esta práctica es muy habitual entre las jugadoras norteamericanas, ya que las ganancias no son tan abultadas como en la categoría masculina y los meses en que se desarrollan las temporadas, les permiten disputar ambos eventos sin problemas.
Diversas fuentes explican que en Rusia pueden ganar hasta cinco veces más dinero que en Estados Unidos, provocando que la relación entre la jugadora y la escuadra rusa haya prevalecido con el tiempo. La pivot ha defendiendo los colores del UMMC Ekaterinburg desde 2014, logrando cuatro títulos de la Euroliga (2016, 2018, 2019 y 2021).
Fue por ese motivo que la doble medallista olímpica viajó a Rusia a mediados de febrero. Una travesía que parece destinada a terminar de la peor manera. Con la tensión política entre ambos países al límite, no son pocos los que piensan que la detención es una especie de respuesta por las medidas tomadas por occidente en el marco del enfrentamiento entre rusos y ucranianos. Esta teoría incluso fue abordada por la básquetbolista en su defensa: “Cometí un error honesto y espero que su fallo no termine con mi vida aquí. Sé que todos siguen hablando de peón político y de política. Pero espero que eso esté lejos de esta sala del tribunal”, lanzó.
Ahora se aferra a una apelación para cambiar su realidad. Una situación que a día de hoy no se ve factible, por lo que en Estados Unidos siguen buscando formas de conseguir una extradición. De hecho surgió el rumor de que el gobierno podría realizar un cambio de detenidos para que la atleta vuelva a suelo norteamericana.