La historia de Celeste Arantes, la centenaria madre de Pelé que aún vive y que al principio no quería que su hijo fuese futbolista
Con 100 años recién cumplidos, la progenitora de la fallecida leyenda vive con su hija María Lúcia en Santos, el mismo lugar donde el astro se convirtió en ídolo mundial.
En alguna parte de Santos, Celeste Arantes lloró la partida de su hijo Edson. La mujer que el 20 de noviembre cumplió 100 años lamentó este jueves la partida de su retoño de 82 años. Ella fue siempre un gran apoyó para Pelé y, por cierto, su mayor admiradora.
Justamente con motivo del centenario de su madre, el astro realizó una de sus últimas publicaciones en Instagram. “Hoy celebramos los 100 años de vida de Doña Celeste. Desde pequeño ella me enseñó el valor del amor y la paz. Tengo más de cien razones para estar agradecido por ser tu hijo. Les comparto estas fotos, con mucha emoción para celebrar este día. Gracias por estar cada día a tu lado, madre”, escribió en esta red social, cuando ya el cáncer de colon que afectaba al astro comenzaba a ser incontrarrestable.
Celeste Arantes tuvo tres hijos. Además de Pelé, también nacieron María Lúcia do Nascimento Magalhães y Jair Arantes do Nascimento (Zoca). Actualmente, la matriarca reside con su hija en el Municipio de Santos, precisamente donde su hijo futbolista se transformaría en leyenda.
El futbolista es el mayor de los hermanos y en cierto modo siguió la tradición de su padre, Joao Ramos do Nascimento (Dondinho), quien también tuvo un paso por el fútbol. Eso sí, antes de conocer el balón, el sueño del primogénito era transformarse en piloto. Sin embargo, esa idea desapareció cuando un avión se estrelló en las cercanías de su casa, muriendo todos los pasajeros a bordo. Incluso, la historia cuenta que el muchacho fue al hospital a ver la autopsia y, al ver el cadáver del piloto, decidió no insistir en su sueño.
Su progenitor se encargó de que fuera futbolista frente a la oposición de doña Celeste, quien prefería el camino de la aviación, ya que tenía muchas aprensiones con respecto al fútbol. De hecho, años más tarde explicaría estos temores, argumentando que el fútbol era una “persecución sin salida” y “un camino seguro hacia la pobreza”, principalmente por los pocos ingresos que percibían los jugadores en esos años, siendo su esposo el vivo ejemplo de ello. Por eso, prefería que su hijo mayor se dedicara a estudiar.
Las hazañas de su padre
A pesar de ese desacuerdo, ella siempre lo alentó a que fuera feliz. Trabajó en el servicio doméstico y siempre tuvo una relación muy cercana con su hijo. En tanto, Dondinho trabajó haciendo aseo en hospitales para reunir algunos recursos y ayudar a la incipiente carrera de la futura estrella. De hecho, la familia no tenía ni siquiera para un balón. Por eso, su retoño aprendió jugando con una media rellena de papel o con unos mangos que se encontraba en el suelo. Él mismo tuvo que buscar algunos empleos y también jugó en equipos aficionados.
El padre de Pelé siempre lo trató como un hombre, algo que agradaba mucho al astro, quien contaba orgulloso las hazañas de su progenitor, quien tiene el increíble récord de haber anotado cinco goles de cabeza, un hito que ni siquiera la estrella pudo superar. “Solo Dios puede explicar cómo hizo eso mi papá”, respondió una vez al ser consultado.
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