La historia de Macarena Pérez, la estrella del BMX que busca anotarse como la gran sorpresa de París
La deportista, octava en Tokio, remató 12ª en el clasificatorio de Budapest y alista su debut en los Juegos Olímpicos.
Chile aguarda por una nueva representante en los Juegos Olímpicos de París 2024. Se trata de Macarena Pérez, quien remató 12ª en el Olympic Qualifier Series de Budapest, el último clasificatorio para la cita, y se alista para su debut, que se realizará este martes.
El hito, sumado a dos presencias en Juegos Panamericanos, la posicionan como la exponente del BMX freestyle más importante en la historia del país.
Sin ir más lejos, Pérez ha sido testigo principal de la evolución del BMX freestyle, que recién para Tokio 2020 fue reconocido como deporte olímpico. Ahí también estuvo Pérez, siendo una de las primeras exponentes que tuvo su deporte en el evento en que todos desean estar.
Pero ese logro fue la consecuencia de grandes esfuerzos. Como pionera, sus inicios fueron totalmente alejados del confort que significa practicar un deporte olímpico. De hecho, para cumplir sus anhelos tuvo que dejar todo atrás. “Empecé yéndome por un par de meses a Estados Unidos hasta que saqué la visa de deportista, donde me podía quedar dos años seguidos. Ahí me instalé, arrendé una pieza en la casa de Coco Zurita en California y ahí se fueron dando las cosas y se empezó a armar mi carrera en el BMX”, confiesa Pérez.
Esos inicios vertiginosos también la llevaron al primer plano internacional. Compitió en sus primeros mundiales y luchó por un cupo a París. También dejó el estado de la costa oeste y probó suerte en Carolina del Norte donde hoy reside.
El sueño olímpico
En sus primeros Juegos, Macarena Pérez terminó octava. Un resultado que no la dejó tranquila, porque su cuerpo tampoco le respondió como esperaba. Ahora, por lo mismo, la ilusión va más allá. Eso sí, su disciplina hoy también es otra. Esa apertura olímpica trajo más competencia y nivel.
“Con la llegada del BMX a los Juegos Olímpicos se abrieron muchas puertas. No solo para los deportistas, sino que también para los niños y niñas que sueñan con un futuro en el BMX. Ahora tienen algo más para donde apuntar, porque las federaciones empezaron a formar clubes y programas de entrenamiento”, señala, antes de ejemplificar esa alza sostenida de las protagonistas y el nivel: “Antes éramos máximo 12 en un campeonato, a veces 7 u 8, casi una final directa, pero ahora llegamos a ser 40 o 50 donde tenemos clasificaciones, semifinal y final. Las nuevas generaciones están empujando súper fuerte, progresando demasiado rápido. Yo a esa edad no veía a otras mujeres haciendo esos trucos. En Chile también hay un futuro muy grande de niños y niñas que están empujando para ser profesionales”, agrega.
Pero la chilena no se queda atrás. En estos tres años ha mejorado y no tiene problemas en confesar las diferencias entre la atleta que aterrizó en Japón frente a la que en poco más de un mes podría estar compitiendo en la Plaza de la Concordia, el mismo lugar que en los años de revolución presenció la ejecución de María Antonieta y Luis XVI.
“En Tokio traté de darlo todo, pero una serie de lesiones me limitaron mucho. Estos últimos años había estado como estancada en cuanto a mi progresión, pero ahora desde que estoy en Carolina del Norte he estado muy consistente, no solamente en la bici sino que también en el gimnasio. Estoy con psicóloga también, que me ha ayudado mucho porque cuando niña no sabía lo que era el entrenamiento, un plan de alimentación”, menciona.
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