“El fútbol chileno se acaba si Colo Colo se va a la B”. La frase pertenece a Arturo Vidal, quien en un live de Instagram expresó su sentir en el momento más delicado de la historia de los albos. La afirmación del Rey Arturo es por cierto subjetiva, pero no es menos cierto que un eventual descenso provocaría un hito en los 88 años del balompié profesional en el país.
El Cacique es uno de los pocos equipos en el continente que nunca en su historia ha perdido la categoría. También es el que más títulos a nivel nacional tiene y es el único que ganó la Copa Libertadores. Asimismo, de acuerdo a diversos estudios de mercado, la mayoría de los chilenos se siente identificada con el club. Muy pocos de ellos imaginaron que estarían jugando un partido por la permanencia ante la Universidad de Concepción, que llega con sensaciones al alza y que tuvo el tiempo necesario para prepararse psicológicamente para esta instancia.
“Estamos tranquilos, en el plantel ronda un ambiente de tranquilidad, sabiendo que nos jugamos un objetivo grandísimo. Me parece que la tranquilidad y la paciencia antes del partido serán fundamentales. Ya después, dentro de la cancha, hay que hacer lo que sabemos. Uno se calma mucho más, por más que haya algo de intranquilidad, pisando el pasto se pone de lleno en el partido y todo queda atrás”, señaló el volante Alejandro Camargo a TNT Sports.
En el panorama del elenco popular, que terminó muy golpeado tras el empate de O’Higgins en el último segundo, los fanáticos le dieron una masiva despedida al plantel y lo alentaron en diversos puntos de la Ruta 5, entre Santiago y Talca. El domingo hubo lágrimas en el camarín albo y muchos jugadores terminaron destrozados. Ninguno habló públicamente, a diferencia de sus rivales. Solamente, el club subió a sus redes sociales pequeños videos donde los jugadores agradecían el numeroso apoyo antes de viajar a la Región del Maule y se comprometían a “dejar la vida en la cancha”. Así aparecieron breves palabras de Esteban Paredes, Matías Fernández, Maximiliano Falcón y Gabriel Suazo.
Pase lo que pase mañana, el plantel quedará en los libros como el primero que llegó a tan desagradable instancia, tras cumplir la peor campaña de su historia al obtener 39 de 102 puntos posibles. Es decir, apenas un 38,2% de rendimiento, producto de nueve triunfos, 12 empates y 13 derrotas, que lo dejaron en un ignominioso 16° lugar. Si bien la campaña mejoró con Gustavo Quinteros al frente, no bastó para eludir el pleito del terror.
Económicamente, el Cacique enfrentaría un delicado escenario si llega a descender, ya que implica la baja de algunos aportes publicitarios y también podría generarse una nueva configuración en la repartición de los dineros de la televisión, pues los albos son los que se llevan la parte más grande de la torta en Primera División. Asimismo, estarían obligados a hacer caja y realizar una fuerte reducción salarial, después de un año en el que Blanco y Negro sufrió pérdidas por más de $ 1.575 millones y no pudo concretar la venta de ninguna de sus figuras. También es probable que se produzca una estampida en todos los ámbitos de la institución. Para el jueves, está programada una reunión clave para el futuro del club.
Futbolísticamente, el encuentro es de fuerzas parejas. Ambos equipos tuvieron un leve repunte en el último tercio del campeonato. Los albos lograron esperanzadoras victorias ante equipos que peleaban en la parte alta, como Unión Española y Unión La Calera. Sin embargo, en los últimos tres encuentros del campeonato solo cosecharon empates y la imagen futbolística dejada fue bastante pobre. Sumado a esto, frente a O’Higgins, el equipo de Quinteros sufrió las bajas por suspensión de Marcos Bolados (expulsado), Julio Barroso, Leonardo Valencia y César Fuentes, por acumulación de amarillas. Sin embargo, en el caso de este último, esta noche se revisa su situación, pues el club apeló y podría ser habilitado. La gran novedad será el regreso de Javier Parraguez, quien inexplicablemente se quedó fuera de la banca en Rancagua.
En el caso del equipo que dirige Hugo Balladares, quien se hizo cargo tras la abrupta salida de Eduardo Acevedo, el camino es similar. Victorias sobre La Calera y Coquimbo, y un cierre de cuatro puntos de 12 posibles. Eso sí, el último encuentro lo jugó con equipo alternativo, pues ya se habían mentalizado para jugar el partido por la permanencia. Asimismo, la formación se ha mantenido prácticamente inalterable y ante los albos solo lamentará la baja por lesión de Simón Ramírez.
Dos realidades chocarán en Talca: un gigante que no despierta de su pesadilla y que se aferra a lo emotivo para superar este trago, frente un equipo sin tanta popularidad, pero que quiere quedar en la historia como el que mandó el descenso a Colo Colo.