Gabriel Boric es el Presidente de la República. Antes, eso sí, es un hincha furibundo de Universidad Católica. De esa condición ha dado muestras durante toda su vida. Primero la privada, de la que datan registros que llegan incluso a su niñez, y, luego, la pública, que se ha traducido en su asistencia a distintos partidos de los cruzados. De hecho, esas concurrencias han desatado polémicas respecto del despliegue de seguridad que debe realizarse en torno a su presencia, considerando que se trata de la máxima autoridad del estado.

Ni en los peores momentos del cuadro cruzado, el Mandatario ha desconocido su filiación. Ahora, incluso, se dio el tiempo de responder una broma. Un trolleo, como se dice en el lenguaje de las redes sociales.

¿Qué pasó?

Boric publicó una imagen en la que aparecía junto a la alcaldesa de Valdivia, Carla Amtmann. Lo hacía ataviado con la camiseta del club de Las Condes. Lo hacía con el imponente río Calle Calle de fondo, después de una sesión de trote que la edil compartió en su cuenta en Instagram. “Antes de las 7 am salimos a trotar con la Alcaldesa de la hermosa ciudad de Valdivia @carlaamtmannfecci por las costanera del deslumbrante Calle Calle.Después partimos a la comuna de Los Lagos a poner la primera piedra del nuevo hospital. Desde allí a la comuna de Lanco a un encuentro con jóvenes emprendedores agrícolas rurales para terminar en la comuna de Máfil con un encuentro con todos los alcaldes de la región de Los Ríos”, expuso en su perfil en la red social.

Como suele pasar en cada una de sus publicaciones, recibió miles de interacciones. Una de ellas pretendió atacarle directamente al corazón. “Con esa camiseta seguro llegó segundo, Presidente”, le lanzó un usuario, seguramente hincha de alguno de los clásicos rivales de los estudiantiles.

La lapidaria respeta de Boric.

Boric no se complicó con la broma, pero dejó fluir al comentarista deportivo que todo hincha lleva dentro. “Este año, con ser séptimo me conformo”, respondió, aunque la redacción de la respuesta no fue completa. Para que su análisis fuera aún más gráfico, añadió un emoticón en señal de desconcierto.

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