La hora de la verdad

Colo Colo
Foto: Photosport.

Esta tarde, en Concepción, Santa Laura y el Nacional, se define el Torneo de Transición. Colo Colo es el único que depende de sí mismo para dar la vuelta olímpica. Unión Española se aferra a un tropiezo de los albos y a una victoria propia para celebrar. La U, en tanto, sueña con una hipotética final ante el Cacique.



Definición llena de drama. A tres bandas. Con estadios llenos. De público, de nerviosismo, pero también de deseo e ilusión. Con un equipo, Colo Colo, que llega con la primera opción y dependiendo de sí mismo para alcanzar la corona; otro, Unión Española, que espera un tropiezo de los albos para dar el zarpazo y festejar; y un tercero, Universidad de Chile, que se aferra a ganar, a que el líder pierda y el escolta no gane para jugar una hipotética final.

En Concepción, en Independencia y también en el Estadio Nacional sobrará esperanza. También tensión. En las tribunas y en las bancas habrá quienes tengan puesta la mirada en la cancha y al menos un oído en el receptor de radio. O que, en línea con los nuevos tiempos, estén pendientes de las redes sociales para enterarse de los resultados del resto de los partidos.

El equipo de Pablo Guede sueña con entregarle al Cacique la trigésimo segunda estrella de su historia. Será visitante en la papeleta, pero local en la práctica. Huachipato cambió el CAP por el Ester Roa para permitir una masiva asistencia de hinchas albos. En desmedro de la localía, pero en función de asegurar una recaudación millonaria. Se autorizó un aforo de 27 mil espectadores. Cerca del 90 por ciento vestirán camiseta blanca.

Esteban Paredes encarna el optimismo del plantel popular. "Sí, obviamente voy a hacer un gol", declaró, el miércoles, el ariete albo. "Tenemos que levantar la copa", reforzó, para dejar aún más claro que su promesa no fue fortuita.

Ayer comenzó el multitudinario desplazamiento de los fanáticos del equipo popular hacia la Octava Región. En buses, vehículos particulares y hasta 'a dedo' los más esforzados; en avión los que gozan de una posición económica más cómoda. Todos con un objetivo que, por cierto, también comparte el plantel de Pablo Guede: volver con la copa.

Los albos llegaron al sur con sus mejores armas, salvo una: el suspendido Óscar Opazo (ver nota secundaria).

Unión Española saldrá a realizar la parte que le corresponde: ganarle a Everton. No la tendrá fácil. El equipo de Martín Palermo (quien decide su futuro en el club en conjunto con la dirigencia) recibe a los viñamarinos, uno de los equipos más atractivos del torneo, pero que quedó fuera de la disputa por el título hace dos fechas, precisamente después de perder frente a Colo Colo. El ex delantero de Boca Juniors contará con sus mejores opciones. El argentino Santiago Gallucci cumplió la fecha de castigo que le impidió jugar ante Audax Italiano y reemplazará a Israel Poblete.

La U, en tanto, se aferra a una chance única: disputar una eventual definición ante Colo Colo. Antes, eso sí, debe ganarle a Deportes Iquique, un propósito que se complica considerando la última ausencia que sufrieron los laicos: la de su goleador, Mauricio Pinilla, aquejado por problemas musculares.

Serán tres escenarios para tres obras distintas. Y protagonistas y aplausos que dependerán de tres finales que, como pocas veces, no están escritos.

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