La falta de concreción de la Selección es uno de los aspectos fundamentales que en los últimos años ha desvelado a cada uno de los directores técnicos que han ocupado la banca nacional. Frente a Bolivia, la historia estaba más o menos clara: el elenco altiplánico defendiendo coquetamente con todo lo que podía, mientras que la Roja, buscando el gol por todo el frente de ataque. Sin embargo, la apuesta nuevamente fue fallida. Ni siquiera los 29 remates que tuvo en todo el partido, nueve de ellos al arco y 17 dentro del área, ni el 77% de posesión le permitieron al Equipo de Todos quedarse con los tres puntos.
Previendo este escenario, Martín Lasarte armó un equipo muy ofensivo, con una línea de tres en el fondo y los laterales con absoluta libertad para convertirse en agentes ofensivos. Ya antes de los siete minutos, Chile contaba con una ocasión en el palo de Vargas y otra en el travesaño de Sierralta, quien conectó sin marca en la boca del arco.
Turboman, que acumulaba una sequía de 10 partidos y no anota desde el 17 de junio de 2019, fue protagonista, pidiendo el balón, descargando y rematando, pero durante todo el primer tiempo se mantuvo inalterable el cerrojo boliviano. En el segundo tiempo, su aporte se diluyó y terminó siendo reemplazado por Luis Jiménez. Un cambio que buscaba reordenar todo el frente de ataque.
Por otra parte, Mauricio Isla subió en numerosas ocasiones. Solo en el primer tiempo completó siete centros y dos pases clave, mientras que Eugenio Mena envió cuatro balones al área. En tanto, Charles Aránguiz fue el principal alimentador hacia los delanteros, mientras que Alexis Sánchez intentaba engancharse para marcar las diagonales y combinar con el Huaso, su socio de toda la vida. Mientras que Jean Meneses estuvo más metido en el área, a diferencia del encuentro ante Argentina.
La tónica de ataque se mantuvo en el segundo lapso, aunque la intensidad decayó un poco. Algunos remates de Aránguiz y Alexis permitieron el lucimiento de Lampe, quien falló de la manera más inesperada. Una lenta salida suya le permitió a Erick Pulgar abrir la cuenta de cabeza, a los 69′, tras un centro del Príncipe. Sin embargo, la torpe mano de Maripan enredó todo nuevamente y obligó a buscar nuevamente un tanto, aunque con la presión del avance del reloj. Esta vez la suerte no cambió y la Roja lamentó un empate en casa que le impidió despegar en la tabla.