La inolvidable gesta de Paolo Rossi en el Mundial de 1982
La leyenda italiana dejó de existir pocos días después de la muerte de Maradona. Un jugador que dejó un gran legado en la historia de la Copa del Mundo, donde triunfó luego de una dura sanción de dos años.
Como si no fuera poco para el mundo del fútbol digerir la noticia de la muerte de Diego Maradona, ocurrida el 25 de noviembre pasado, ahora otra leyenda de este deporte deja de existir. El italiano Paolo Rossi, campeón del Mundo en España 1982, donde fue el goleador del torneo, murió este miércoles a los 64 años de edad. El exdelantero se transformó en figura histórica de uno de los países más futbolizados del planeta, luego de ser el héroe del equipo que acabó con una sequía de 44 años sin títulos mundiales para la Azzurra.
Días atrás, el campeón de 1982 despidió al astro argentino que se coronó en México: “Diego fue el genio del fútbol mundial, el talento inigualable. Absoluto… lo extrañaremos”. Tal como la del argentino, la carrera de Rossi también tuvo fuertes repercusiones por motivos extrafutbolísticos. Tuvo un inicio ascendente, con notables actuaciones en la Serie B del Calcio, pero en 1979 se vio involucrado en el escándalo del Totonero, donde jugadores, dirigentes y entrenadores de la Serie A y B del Calcio fueron detenidos y suspendidos por apuestas clandestinas. Milan y Lazio descendieron y Rossi fue inhabilitado por dos años. Y volvió justamente para la convocatoria del Mundial de España 1982. La críticas le llovieron al DT Enzo Bearzot por incluir a un futbolista cuya forma física estaba en duda, pero el estratega no titubeó y su apuesta fue un éxito. Rossi fue el goleador del torneo con seis goles, con tantos decisivos en las fases finales. Tres de ellos se los anotó a Brasil en un mismo partido.
Un duro inicio para la Azzurra
Italia formó parte del Grupo A en España 1982. Logró la clasificación a octavos de final luego de tres empates consecutivos (0-0 ante Polonia; 1-1 frente a Perú y 1-1 con Camerún). Los dos goles fueron obra de Conti y Graziani.
El despertar del ídolo
En la segunda fase Italia formó parte del Grupo C, el de la muerte, junto a Brasil y Argentina, una de las mejores selecciones de todos los tiempos y el vigente campeón del mundo. La Azzurra ganó 2-1 a la Albiceleste con goles de Tardelli y Cabrini. Luego, frente a la Verdeamarela, Rossi fue el genio de un partidazo que culminó en triunfo por 3-2 para los europeos, con un hat-trick del artillero de la Juventus.
La luz en el camino del héroe
En semifinales el rival fue Polonia, equipo al cual ni siquiera se le pudo marcar en la primera fase. Pero el encendido Rossi anotó dos goles en el Camp Nou para sentenciar la clasificación.
Italia y Alemania, las dos máximas potencias europeas, se enfrentaron en la final disputada en el estadio Santiago Bernabéu. Luego de un intenso primer tiempo sin goles, Paolo Rossi abrió la cuenta a los 57′ con un cabezazo en el área chica. Tardelli y Altobelli, más el descuento de Breitner, sellaron el marcador 3-1 en favor de la Azzurra, que acabó con una sequía de 44 años sin títulos. Y Paolo Rossi, un centrodelantero común, sin rasgos de ser un jugador técnicamente excepcional, tuvo la osadía necesaria para superar las páginas oscuras de su carrera y convertirse en ídolo de Italia con un título inolvidable, recordado por la jerarquía de los rivales que se debió superar.
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