Argentina tuvo un debut accidentado en el fútbol olímpico. El equipo de Javier Mascherano tuvo que sufrir mucho más de la cuenta para terminar rescatando un punto frente a Marruecos, aunque contó con un aliado inesperadamente generoso: el tiempo. En los 90′+16, Cristian Medina marcó el 2-2, que parecía definitivo. Después, vino el escándalo.
Los jugadores transandinos festejaron el gol del volante de Boca Juniors justo en un sector que estaba lleno de fanáticos del equipo africano. El lío no tardó en producirse: hubo lanzamiento de todo tipo de objetos al campo de juego. Incluso cayó un fuego artificial y hasta se registró invasión al terreno. Aún faltaban tres minutos por disputarse. El gol, de hecho, tenía que revisarse en el VAR antes de una reanudación que se realizó sin presencia de público. El videoarbitraje determinó invalidar la conquista.
La defensa
Lo que nadie se explicaba era por qué el árbitro sueco Glenn Nyberg había añadido tantos minutos en un partido cuyo trámite no ameritaba una adición tan generosa.
En Argentina, al menos, celebraron la decisión. Diego Latorre, exvolante de Boca Juniors y actual comentarista televisivo, fue enfático en respaldar la decisión referil. “Banco que se adicionen los minutos que sean necesarios en todos los partidos para educar contra las demoras en el juego”, puntualizó el exmediocampista, uno de los analistas más reputados a nivel sudamericano.
El exfutbolista reparó específicamente en una situación que, a su juicio, suele ser decisiva para la pérdida de tiempo durante los partidos. “Siempre se acalambran o se ‘lesionan’ los que van ganando”, estableció. Y concluyó: “Cuando las demoras forman parte de una táctica colectiva es trampa”.
Naturalmente, Latorre, quien también defendió a la selección argentina e incluso fue concebido como uno de los potenciales sucesores de Diego Maradona, obvió cualquier referencia que cuestionara la determinación referil. “Como en todos los casos se valora cuando la demora se convierte en una ventaja para el resultado. Entiendo que la viveza o la transgresión tenga más prestigio en el fútbol que en otros deportes, pero cuando nos perjudica, ahí reaccionamos. En definitiva, la demora intencional hay que penalizarla”, posteó más tarde.
Al retorno, como está dicho, después de la evidencia tecnológica, Nyberg echó pie atrás. La historia volvía a ponerse en contra de la Albiceleste. Latorre se centró en una crítica generalizada. “Si querían desnaturalizar el fútbol, lo lograron”, concluyó.