El Manchester City se proclamó campeón de la Copa de la Liga inglesa tras derrotar al Chelsea (3-4) en la tanda de penales luego de que el tiempo regular y suplementario del duelo concluyese 0-0. Pero la imagen más llamativa del partido, definitivamente insólita, aconteció apenas un minuto antes del término de la prórroga en Wembley.
Blues y Citizens empataban sin goles y el encuentro parecía condenado a tener que dirimirse desde el punto fatídico cuando los servicios médicos del Chelsea ingresaron a la cancha para atender al arquero Kepa. Sarri, técnico del cuadro londinense, ordenó inmediatamente al portero suplente, Willy Caballero, que se preparase para ingresar en reemplazo del español. Lo que sucedió después fue definitivamente esperpéntico.
Kepa, el guardameta más caro de la historia, aparentemente restablecido de sus dolencias, decidió desafiar a su entrenador desautorizando el cambio, que ya se encontraba en marcha -con Caballero preparado incluso para ingresar al borde de la cancha- dando a entender que no abandonaría el terreno de juego. Lo nunca visto.
https://twitter.com/joel23rodriguez/status/1099763729003171840
La molestia de Sarri, retratado ante todo un estadio, fue mayúscula, con lanzamiento de objetos en señal de ira y conato de abandono de la cancha incluido. Un auténtico y bochornoso espectáculo que se saldó con Caballero regresando a su lugar en la banca y Kepa resguardando el arco del Chelsea durante la tanda de penales.
Una tanda en la que su equipo, por cierto, terminó perdiendo el título por más que el ex arquero del Athletic alcanzó a contener el lanzamiento de Sané. Su actuación desde los doce pasos era ya, a esas alturas, lo de menos.
Tras el encuentro, sin embargo, el técnico del Chelsea salió al paso para aclarar la polémica: "Ha sido un gran malentendido, entendí que tenía una lesión y me di cuenta unos minutos después de que podía jugar. Quería meter a Caballero en el campo porque pensaba que Kepa no estaba en condiciones", manifestó Maurizio Sarri.