La insólita protesta de Alemania y Nueva Zelanda en el Mundial Sub 17 femenino: dejan de jugar los últimos siete minutos

Alemania y Nueva Zelanda tenían sentenciada su suerte en el Mundial de Fútbol Femenino Sub 17, que se desarrolla en la India. Corría el tiempo adicional del encuentro en que las europeas vencían 3-1 a las oceánicas y aseguraban el primer lugar de su grupo, mientras que las oceánicas quedaban en el último lugar del Grupo B. Fue en ese momento cuando una tormenta eléctrica obligó a la jueza marroquí Bouchra Karboubi a suspender el partido por breves momentos.

La decisión de la árbitra fue cuestionada por ambos equipos, ya que consideraron absurdo que se jugara el tiempo restante, ya que además la interrupción ocurrió en los descuentos, por lo que nada hubiese pasado si el partido terminaba ahí.

Incluso, los entrenadores pensaron que el duelo se había dado por finalizado. Pero no, cuando se calmó la situación y la mayoría de los 1.945 espectadores que asistieron al estadio Fatorda ya había abandonado, la réferi decidió reanudar el encuentro y dar siete minutos de prórroga, lo que definitivamente desató la molestia de las 22 jugadoras.

Al volver a poner el balón en juego, ambas selecciones terminaron dándose pases en la mitad de la cancha hasta que se terminara el encuentro. Ninguna atacó ni mucho menos fue a quitarle el balón a una rival. Como si estuvieran practicando o jugando en un entrenamiento, la pelota pasó por todas las jugadoras ante la mirada atónita del público y de la jueza, quien hizo historia en su país por ser la primera mujer en dirigir una final en una nación del mundo árabe.

Finalmente, el Grupo B se completó con la victoria de Nigeria sobre Chile, por 2-1, dejando eliminadas a las dirigidas de Álex Castro, al obtener el tercer lugar, con tres puntos, precisamente gracias a la victoria ante las neozelandesas, en la primera jornada.