Es fácil criticar con el resultado puesto, pero las alarmas sonaron antes del viaje a Calama, cuando ya se intuía que Héctor Tapia optaría por cuidar a sus principales figuras ante Iquique de cara al súperclásico. Se equivocó Tito. A diez puntos del líder, hoy Colo Colo no está para regalar nada y jugar sin Paredes, Valdivia y Carmona es un lujo que este Cacique, de tranco irregular, no se puede dar. Al técnico se le acaba el contrato a fin de año y al momento de las evaluaciones no será definitorio si ganó o perdió con la U; más bien pesará el lugar en la tabla y una eventual clasificación a la Libertadores del próximo año, una obligación para los albos.

Ahora viene el partido más importante del año. La chance de mantener la larga paternidad en el Monumental es siempre un aliciente y Tapia podrá inflar el pecho si su plan de guardar a las figuras es respaldado por una victoria.

¿Qué Colo Colo recibirá a la U? ¿El trotón y sin sorpresa del torneo nacional o el que voló frente al Corinthians? La motivación en este tipo de partidos juega mucho, más en un plantel que ha mostrado jerarquía en los últimos clásicos. Claramente, Colo Colo en Macul siempre será favorito. Pero ojo, en los últimos cuatro meses el único partido realmente bueno de los albos fue el de la victoria ante los brasileños.

De aquel antecedente se podrían colgar en la U para llegar con algo de optimismo a Pedrero. A ver si esta vez, después de 17 años, el pánico escénico no se apodera de los azules y hacen un partido competitivo. Hasta ahora el equipo de Kudelka no ha mostrado un fondo futbolístico que convenza y es hora de que se empiece a notar la mano del técnico, quien declaró que no se hace responsable de la mochila de los 17 años sin victorias en el Monumental. Tiene razón, pero entre otras cosas, para eso lo trajeron: para asumir su responsabilidad e intentar cambiar la negativa historia.

Se viene el súper clásico. Duelo en el que Tapia y Kudelka se juegan mucho.