La laguna de oro

Felipe Miranda

Valentina González, además de Rodrigo y Felipe Miranda, fueron los responsables de una buena cosecha de triunfos, aunque varios metales terminaron hundiéndose.



Eran poco más de las 9 de la mañana y los lamentos de Valentina González resonaban con fuerza en la represa La Angostura. "¡No puede ser!, ¡no!, ¡No puede ser!", exclamaba la esquiadora náutica luego de irse al agua en la primera pasada de la final de figuras, donde había tenido el mejor puntaje en la jornada previa.

Su hermana Josefa tampoco había sido capaz de completar su presentación sin terminar en la laguna, pero las quejas persistentes de Valentina, golpeando con sus manos las aguas color café con leche al hacerlo, conmovían a las decenas de espectadores.

Y la penalización, tal y como se temía la deportista, terminó dejándola fuera del podio. Su error en la primera línea de ejercicios terminó por condenar a la chilena a la cuarta posición, congelando la primera opción de medalla criolla.

Al duro revés, que dejó al Team Chile tan helado como los gélidos vientos que castigaban la jornada matutina, le siguió un nuevo contratiempo en la final masculina. Y es que el persistente oleaje frustró las performances de la totalidad de participantes. Incluidos, claro, los hermanos Miranda; Rodrigo, que besó las aguas también en la primera cancha tras haber firmado el segundo mejor puntaje en la previa, y Felipe, cuya complejidad de figuras terminó por depararle igualmente el oro pese a caerse hasta en dos ocasiones durante su ejecución. Su mayor experiencia y el riesgo asumido durante su concurso sí que recibió el premio del oro. El primero del esquí náutico nacional.

"Estuvo bien complejo porque había bastantes olas y viento. Siempre el primer evento de una final es el más complicado y empezar con el pie derecho me deja muy contento para lo que viene. Hubo varias sorpresas por las condiciones que había, pero creo que por mi experiencia pude marcar la diferencia", confesaba Pipe.

Regresaron entonces, ya con un sol inclemente y con una afluencia masiva de curiosos, las finales de la primera jornada. Y en la disciplina de slalom femenino el mal fario volvió a cruzarse en el camino de Valentina González, que cometió un error en la tercera boya con cuerda de 12 metros y terminó cediendo el oro a la peruana María Alejandra de Osma. Fernanda Nasser, la otra chilena en la final, no consiguió entrar al podio.

A la plata de Valentina en slalom siguió, en la categoría masculina, un nuevo sobresalto con tintes de sorpresa y una nueva presea plateada. El honor le correspondió a Diego Chicharro, que completó una fantástica actuación, y la desdicha a Pipe Miranda, que se fue al agua en la última boya de la primera pasada.

Pero la final más productiva de todas -también la más espectacular- llegó en la última prueba del día, el salto, en la que Valentina, haciendo de la perseverancia su bandera, se desquitó con creces de todas las amarguras previas firmando un sobresaliente oro con un único salto de 40 metros exactos. Era su especialidad y no le hizo falta saltar más veces para que el Team Chile experimentara, gracias a su tesón, un nuevo salto en el medallero. "Estaba enojada al principio por el fallo en figuras, pero fui botando la pena y el enojo y esa rabia me sirvió para sacar el oro en salto", dijo tras su primer puesto.

La agotadora jornada de esquí concluyó con una apasionante batalla fratricida y con un doblete. Los hermanos Miranda enfrentaban la rampa con el objetivo de superar los 47, 6 metros que marcaban el oro. Y Rodrigo, en un segundo intento absolutamente colosal, lo consiguió con creces, volando hasta casi diez metros más lejos. Su registro fue inalcanzable incluso para su hermano Felipe, que debió conformarse con la plata.

"Partí mal en figuras, estaba un poco desmotivado, pero en el salto pude disputar el oro con mi hermano que siempre es muy difícil. Somos afortunados de tenernos el uno al otro para mejorar nuestras marcas. Como equipo creo que se perdieron algunas medallas, pero el balance es bueno", confesó Rodrigo.

Fue así como el equipo chileno de esquí náutico se despidió por primera vez de La Angostura, la laguna del oro chileno, con una cosecha de seis preseas. Un nuevo salto hacia el común objetivo.

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