Más allá de sus nombres, Suiza y Suecia comparten claras similitudes: son dos selecciones que batallaron su clasificación a octavos, poseen un sistema de juego similar, y en sus pies está la oportunidad única de avanzar lejos en un Mundial tan sorpresivo como emocionante. Ambas sueñan con alcanzar la final de una Copa del Mundo. Sería la primera para Suiza.
Los suecos no alcanzan los cuartos desde el tercer lugar conseguido en EE UU 94. Junto al subcampeonato en 1958, son los máximos hitos en su historia. Suiza, en cambio, desde 1954 que no llega a la fase de los ocho mejores. Dos equipos con pasados disímiles aunque presentes auspiciosos.
Las escuadras que continúan en carrera por este lado del cuadro final les alimentan las esperanzas. Más allá de rusos y croatas, solo Colombia e Inglaterra se alzan como verdaderos escollos para alcanzar una final. Al respecto, Vladimir Petkovic, DT de Suiza, señaló: "Dejemos que hablen que es la parte débil, esperamos ser también una sorpresa para quienes nos han subestimado". El adiestrador de origen bosnio lamentó la ausencia de su capitán Stephan Lichsteiner y de Fabian Schär, suspendidos por tarjetas amarillas. "Los 23 jugadores están preparados y confío en sus reemplazantes", afirmó.
Janne Andersson, entrenador de Suecia, aseguró: "No sé si nos han subestimado o no; no pierdo el tiempo en eso. Tenemos un plan claro, jugamos acorde a ello y los jugadores han sido muy leales". Su capitán y goleador del equipo, Andreas Granqvist, desestimó que la mentalidad haya cambiado tras la salida de Ibrahimovic: "Desde que vino Janne hemos construido un verdadero equipo", cerró.