Los versos de un viejo tango afirman que “veinte años no es nada” y algunos hinchas azules sostienen lo mismo, cuando recuerdan el tiempo que lleva su equipo sin ganar en el “David Arellano”.
Pero dos décadas pueden ser una eternidad en cuanto a Juegos Olímpicos se refiere y Paulina Vega lo sabe. Porque la tenimesista, que debutó con un triunfo en Tokio 2020, venció a Bolorerdene Batmunkh de Mongolia por 11-8, 11-9, 11-4 y 11-7, comenzó su historia incluso antes que amaneciera este milenio.
“Al igual que ahora, antes se tomaba la decisión de irse a vivir a Santiago, (era de San Pedro, región de Bío Bío). Incluso algunos compañeros se van al extranjero ahora. En mi caso, tal vez fui una de las primeras que dejó su casa para intentar seguir creciendo en la capital”, rememoró en una entrevista concedida a la web de la Unión Latinoamericana de Tenis de Mesa.
Para ese entonces tenía trece años y trabajó duro para poder asistir a sus primeros Juegos, jugó junto a Berta Rodríguez en Atenas 2004, con tan sólo 20 años.
Sin embargo, como ella misma lo reconoce, esa vez “sólo quería disfrutar de la experiencia y divertirme”. Es más, su gran meta en este entonces no eran las medallas ni a la trascendencia. Lo que más quería era tomarse una foto con su ídolo, Roger Federer, y lo logró.
Más, la experiencia la marcó y quiso volver a la cita de los cinco anillos. Pero a competir. A ganar. Lamentablemente las cosas no se dieron como ella las soñó y cuando más cerca estuvo, para Londres 2012, perdió dos match point y finalmente quedó fuera.
Ni la pandemia la pudo derribar
“La ‘Pao’ se sobrepuso a dos grandes frustraciones: no clasificó a Londres 2012 y a Río 2016 no pudo acceder ni siquiera a un partido de clasificación. Eso la marcó, pero no la derribó. Se reinventó y se la jugó por alcanzar su mejor nivel, para acceder a Tokio 2020 y ahí está el resultado”, aseguró a El Deportivo, el también olímpico Marcos Núñez.
El tenimesista, que ganó en singles y en dobles en Seúl 1988, nos contó también que Vega sacó su título de kinesióloga y que desde el 2001, es entrenada por José Luis Urrutia.
Sí, la dupla trabaja junta hace 20 años. Los mismos que habían pasado desde la última vez que Chile ganara un encuentro en esta disciplina (la dupla Gambra/Morales en Atenas 2000) y muchos más desde que Jaqueline Díaz se había convertido en la primera compatriota en vencer en la máxima competencia del deporte mundial (ganó un encuentro en Seúl 1988).
Por todo esto es importante e histórico lo conseguido por esta mujer de 37 años y más aún cuando se piensa en la importante decisión que tomó al inicio de la pandemia.
“En ese momento todos comenzaron a volver a su país, para refugiarse del coronavirus. Pero la ‘Pao’ decidió quedarse en Europa y perfeccionarse. Y hoy, hasta las mejores exponentes de este deporte le piden entrenar juntas. ¿Le dará para medalla? Es difícil, pero piensa que todas las mujeres de este lado del continente ya quedaron eliminadas y si avanza a la siguiente ronda, es como si ganara una medalla panamericana. Así de importante”, concluyó Núñez.