El miércoles, en la Casa Alba, el directorio de Blanco y Negro cumplía una formalidad que había sido pospuesta por las vacaciones. Se realizaba la reunión de directorio correspondiente al mes de febrero. Cada materia, entre las que figuraba la exposición de Harold Mayne-Nicholls respecto de la elección de la empresa que se hará cargo del diseño del nuevo estadio Monumental, fue pasando con normalidad. La bomba explotó cuando, entre los puntos varios, la última parte del acta en una sesión que se realizó en forma híbrida, el presidente Aníbal Mosa anunció la recontratación de Gustavo Poblete en la gerencia de Operaciones. Ahí, el director Carlos Cortés le recriminó en duros términos el carácter inconsulto de la decisión.
Mosa respondió con la misma intensidad y desafío a arreglar el problema ‘abajo’, en una alusión que apuntaba a enfrentarse a golpes. Cortés se abalanzó sobre el puertomontino, quien perdió el equilibrio. De ahí, en adelante, las versiones son opuestas. Desde el lado de Mosa aseguran que el abogado golpeó al timonel de ByN, mientras que desde la otra vereda repiten que no hubo ninguna agresión. Existe un parte médico que acusa un esguince grado 2 en el tobillo izquierdo del timonel.
Este viernes, Mega reveló un extracto del video de la reunión, que se realizó a través de Zoom. En este último se ven algunos elementos. Se aprecia que Cortés se pone de pie y camina hacia el lugar donde está Mosa. En ese momento comienzan algunos gritos en las ventanas de la aplicación de videollamadas. “No tengo ningún problema, ¿me quieres sacar la chucha (golpear) a mí? Vamos”, dice el abogado. La conversación fue subiendo de tono. “Vamos para abajo. Ya po’, vamos. Te cagai entero”, lanzó el director. Ahí viene la respuesta del timonel. “Qué me voy a cagar contigo, piojento”, retruca. De ahí el video se va a negro, sin exhibir ningún tipo de agresión, más allá de que desde el lado del timonel aseguran que el video no está completo.
La siguiente imagen es pública: el presidente, en silla de ruedas, se presentó en una clínica para constatar lesiones mientras se interponía la respectiva denuncia en Carabineros. “A él no le gustó esa conversación, se ofuscó, empezó a levantar la voz y se levantó. Lo trataron de controlar a algunos de sus compañeros. Incluso, el abogado de la compañía, lo trató de frenar, pasó por encima de ellos y llegó encima mío. Yo estaba sentado, se tiró encima mío y tuvo una agresión conmigo en la cual yo terminé en el suelo y después al tratar de levantarme también recibo un puntapié”, relató Mosa.
El sureño toma acciones. “Hay un curso legal que está corriendo y por otro lado también va a correr un tema administrativo que tiene que ver también con los valores que tiene que tener un dirigente de fútbol para ver si este puede seguir desarrollando esa actividad”, anunció.
Desde la vereda de Cortés tildan la situación como “un show patético”. “Yo trato de ser tranquilo y de apaciguar los ánimos y de poner la altura de mira de esto, pero tengo que decir que es un show patético, no tiene absolutamente nada, todos lo sabemos. De hecho, la reunión prosiguió normalmente, después se produjo una votación. A mí me parece que el presidente de Colo Colo ha dado un espectáculo muy triste de esta situación y me da mucha pena en ese sentido”, dijo Alfredo Stöhwing, expresidente del club y actual director del sector de Cortés. Este último, incluso, aprovechó la oportunidad de revelar situaciones conflictivas de Aníbal Mosa durante su paso por el Cacique. “La primera vez que yo recuerde, de las que se saben públicamente, fue con su vicepresidente Eduardo Loyola, en un restaurante, que también terminó en el piso de Mosa. Parece que tiene cierta tendencia, recibió parece algo, no sé qué. Yo no estaba, obviamente, pero sí hay video”, ironizó.
“Posteriormente tuvo un entrevero físico violento con el director Ángel Maulén en Colombia, esto no se sabe ni ha trascendido mucho, pero fue delante de todo el plantel de jugadores. Bastante dañino para el club. Aníbal Mosa agarró a empujones a Maulén porque simplemente estaba sacando unas fotos que a él no le parecieron adecuadas. Yo no estaba, así que no puedo pronunciarme sobre la culpabilidad, pero de todas maneras los empujones provinieron de Aníbal Mosa”, continuó. Finalmente, cerró con otro episodio: “En una concentración se agarró también muy fuerte, a grito pelado y con muchos insultos de grueso calibre, con el director Droguett, que lo presenció también todo el plantel que estaba en el lobby. Recuerdo que yo estaba en la habitación y escuché los gritos, los insultos y la grosería, pero también fue muy fuerte, de manera que este ya es un paradigma, una especie de costumbre de agarrarse ya sea a la grosería o a los eventos físicos con directores. Yo espero no seguir en la lista, pero obviamente que esto no corresponde y claramente quién está exaltado y quien no tiene la cultura adecuada para desempeñarse en un cargo como este es Aníbal Mosa”.
La vuelta de mano
El escándalo, que nuevamente volvió a cero el contador de días de normalidad con que los hinchas suelen ironizar respecto de la convivencia alba, se produce en una fecha crucial. A dos semanas de que el Cacique entre en un mes tan simbólico como clave: el 19 de abril, los albos festejan el centenario institucional. A fines de ese mes se suele convocar una instancia clave: la Junta de Accionistas de la concesionaria. El año pasado, el mosismo realizó una jugada clave: el director Eduardo Loyola renunció a su puesto para forzar la cita y nuevas elecciones. En los comicios del 26 de abril, exactamente una semana después del aniversario albo, el puertomontino obtuvo el respaldo para desplazar a Alfredo Stöhwing de la testera. En ese propósito, por la composición de la mesa, contó con un apoyo fundamental: los dos votos con que cuenta el Club Social y Deportivo Colo Colo.
Para entender la composición de la mesa de ByN, el mosismo está compuesto por Aníbal Mosa, Eduardo Loyola y Aziz Mosa, sobrino del primero. Mosa es el máximo accionista individual, con casi un tercio de la propiedad, pero no le alcanza para ser el controlador de la entidad, por lo que, necesariamente, tiene que aliarse con el club social. El vialismo (que administra los paquetes de los minoritarios) tiene un nombre más: Alfredo Stöhwing, Ángel Maulén, Diego González y Carlos Cortés. Los dos primeros tienen papeles.
El vialismo, es decir el bloque cercano a Leonidas Vial, quien aglutina el mayor paquete accionario, pues a través de LarraínVial gestiona los papeles de los minoritarios, está decidido a devolverle la mano a Mosa. Si bien la campaña deportiva que cumplió el Cacique en la última temporada logró apaciguar los ánimos y mantener una tensa calma, los reproches originales se mantenían. El enérgico reclamo de Cortés, la ácida respuesta de Mosa (quien lo trató de “piojento”) y el supuesto golpe del director al mandamás en la sesión del miércoles dan cuenta de un polvorín al que le bastaba apenas una chispa para estallar. Bajo cuerdas, es habitual escuchar disparos de lado y lado. Curiosamente, en los dos extremos se reclaman por enfoques personalistas en el manejo de la institución. Cortés, de hecho, le reclamó a Mosa porque en la designación de Poblete no le había consultado a nadie.
La movida que realizó Loyola no ha quedado en el olvido. Ya a comienzos de año, cuando la efervescencia por la obtención de la corona, en una estrecha disputa con Universidad de Chile, había pasado, comenzó el movimiento de tropas. Stöhwing, por ejemplo, reactivó sus reapariciones públicas, que volvieron a incluir dardos al actual timonel. Ya estaba decidido que, en abril, se forzaría el mecanismo que, otra vez, llevaría a la mesa a redefinir su composición. Lo que no está claro es qué director renunciará a su cargo. En el ahora oficialismo suelen escucharse críticas a las actuaciones del ingeniero comercial. El loop es constante y, por cierto, el reflejo de una inestabilidad que en 2020 casi termina en un descalabro: la posibilidad concreta de que los albos descendieran a la Primera B.
El plantel es más cercano a Mosa. Primero, por la personalidad del dirigente, más proclive a compartir con los jugadores e incluso intercambiar bromas con ellos. En la plantilla, por ejemplo, el sureño tiene un apoyo clave: el de Arturo Vidal. Mientras el vialismo exigió exámenes adicionales para visar su contratación, en 2024, el empresario pugnó por su fichaje. El club social se alineó con la iniciativa. “¿Le pegó o no le pegó? ¿Es verdad? Yo sabía que sí. A ver qué van a decir ahora los del otro lado, que fue un tropiezo, son más mentirosos que la cresta (ríe). Mienten para la cámara”, dijo el Rey para respaldar al actual presidente. Eso sí, a fines del año pasado, hubo choques entre los jugadores y la actual testera, por el cálculo de los premios. La rebelión llevó a que se restaran de una sesión fotográfica con un sponsor. Con Cortés, hoy erigido como el principal enemigo de los jugadores, no existe una buena relación.
Un actor clave
El sábado 8, el Club Social y Deportivo Colo Colo reeligió a Edmundo Valladares en la presidencia. El apoyo fue abrumador: el representante de la lista Colo Colo Primero, que incluía al comediante Pedro Ruminot, bordeó el 84% de las preferencias. El respaldo era un reconocimiento a una gestión anterior que había sido bien evaluada. La última que consiguió un beneficio concreto para los socios: rebaja en el valor de las entradas y la inclusión de un turno específico para adquirirlas a través de las ticketeras que distribuye. Las regalías que uno u otro bloque puedan garantizarles a sus afiliados serán, literalmente, la moneda de cambio. Valladares, de hecho, definió a El Deportivo el fortalecimiento de la posición de los socios como uno de los ejes de su gestión.
La organización cuenta con dos asientos, que hasta ahora ocupan Alejandro Droguett y Matías Camacho. El primero le comunicó a Valladares que su puesto estaba a disposición. El segundo, quien fue destituido del club social, en cambio, afirmó que se mantendrá hasta el último día. La intención del reelegido timonel es renovar ambos puestos.
Aunque son minoritarios en relación a la estructura de la mesa, los votos del club social suelen ser los que desnivelan las elecciones. En el vialismo no descartan posicionar nuevamente a Valladares en el cargo más importante, para destituir a Mosa. Esa decisión minimizaría el impacto entre los hinchas quienes, en función del título y los fichajes de renombre para esta temporada le han dado un nuevo estatus al empresario sureño, quien en todo el país les dedica tiempo a las fotos y los autógrafos y sonríe con la comparación con Florentino Pérez, el mandamás del Real Madrid. Otra conducta que sus contrincantes miran con recelo.