En su época de jugador, Sinisa Mihajlovic (50) tenía una fama de duro, de un defensor especial, aguerrido, además de ser un notable lanzador de tiros libres. Compañero de Marcelo Salas en la Lazio, es una figura en el Calcio. Hoy, siendo entrenador, atraviesa por el partido más difícil de todos. Y está dando la pelea.
El técnico del Bologna, club que fichó a Gary Medel (necesitaba un reemplazo para Erick Pulgar), fue diagnosticado con leucemia y no ha dejado de estar al borde de la cancha en el arranque de la Serie A, más allá del tratamiento. En el partido contra SPAL, en el estreno de los rossoblu como local, Mihajlovic fue ovacionado por los hinchas. Todos los asistentes del estadio Renato Dall'Ara aplaudieron cuando el DT apareció desde el túnel hacia la banca, usando una gorra que tapaba su cabeza, que ya denota los efectos de la quimioterapia.
Hace un mes y medio, el entrenador serbio debió ser hospitalizado en Bologna luego de que se le diagnosticara leucemia a principios de julio. Por razones obvias, esto ha trastocado sus labores como estratega, aunque no ha dejado de ejercer. Los entrenamientos son grabados y él los sigue en directo, interviniendo por teléfono y también vía Skype, ya sea en conversaciones individuales o grupales.
Más allá de su lucha personal, se ganó la admiración del medio italiano cuando apareció para el debut en la liga, 43 días después de anunciar públicamente que tenía esa enfermedad y luego de 31 días del primer ciclo de quimioterapia.
El domingo 25 de agosto, Sinisa Mihajlovic dirigió en el 1-1 ante el Hellas Verona. "Durante la semana nos dijo que no estaba todavía al 100%. No pensábamos verle tan rápido. Tiene este carácter que te empuja a no rendirse nunca", dijo tras aquel partido el extremo Ricardo Orsolini.
El técnico arribó al estadio Marc'Antonio Bentegodi por separado, en auto (recorrió 145 km en vehículo), con una máscara en la boca, que se sacó en la banca. También tenía puesta una gorra, un apósito en el cuello y la pulsera del hospital en la muñeca. Dos minutos antes del final del partido se retiró para retomar su hospitalización en el Sant'Orsola de Bologna. Los médicos no le autorizaron entrar al camarín por sus débiles defensas inmunológicas.
"Es un paciente ejemplar, que siempre ha hecho lo que le hemos dicho y aconsejado", dice el hematólogo Michele Cavo, el profesional tratante del exfutbolista.
El padre de Mihajlovic, Bogdan, falleció de cáncer. Por lo mismo, Sinisa ha sido cauteloso con los chequeos médicos durante su vida. Precisamente, así pudo saber lo que le pasaba. "Todos piensan que a un hombre grande y fuerte como yo es imposible que le pase algo. Pero nadie puede pensar que es indestructible", dijo en julio pasado, cuando públicamente comunicó su enfermedad. Pero en la misma cita, el Bologna confirmó que se mantenía como el técnico.