Pablo Solari busca destacar. Desea comerse la cancha del David Arellano y ganar cuánta copa se le ponga por delante. Con la camiseta de Colo Colo, el equipo que confió en él durante la temporada 2020.
Pero no siempre las cosas salen cómo se desean. Y cuándo se está lejos de casa, con tan sólo 20 años, el mundo parece derrumbarse.
Por eso la historia de Pablo Solari es especial. Porque no es sólo el chico que marcó el gol que le permitió seguir a Colo Colo en Primera, también es la materialización de un deseo familiar, el orgullo de un hogar que respira fútbol.
De hecho, el delantero albo se llama así porque su papá es fanático de River Plate y quiso homenajear a su ídolo Pablo César Aimar. Además, su hermano Santiago milita en el Atlanta de la B trasandina y su madre -Susana Ferreyra- los vio partir a ambos, cuando aún eran adolescentes.
“A los 13 años, Pablo se fue a Córdoba para iniciar su carrera y allí vivió en una pensión. Fue duro, pero siempre estuvimos ahí para apoyarlo y alentarlo a que hiciera lo que siempre le gustó”, confesó su padre -Víctor- a El Deportivo. El mismo que se transformó en protagonista el domingo pasado, cuando el ariete mostró una polera con su foto y una leyenda: “Persevera y triunfarás”.
Frase que fue parte de una conversación que ambos progenitores tuvieron con el joven futbolista, cuando el veinteañero no podía entender por qué no era titular en todos los encuentros.
“Hablé mucho con mi viejo. Me animó mucho, lo sufro mucho cuando no me salen las cosas como yo quiero. Los llevo acá porque gracias a ellos estoy donde estoy”, reveló ese día el deportista. Y don Víctor nos entregó más detalles.
“Es un niño y quiere jugar. Pero la competencia es grande y más en Colo Colo, por lo que hay que contenerlo y explicarle que el técnico (Gustavo Quinteros) debe optar por uno o por otro”, confesó. Luego agregó que “hay que trabajar todos los días para enfrentar esos desafíos y a la distancia, tratamos de decirle que no pasa nada si un día las cosas no salen, cuando se trabaja con lealtad, porque el fútbol te da revanchas y así lo demostró el fin de semana, donde entró y pudo hacer un gol”.
En otras palabras, la familia Solari-Ferreyra no está formando a un goleador, está forjando a un hombre lleno de valores. Uno que se sepa cuidar, pese a la distancia. Uno que ponga al compañerismo por sobre los intereses personales y uno que sepa que sus padres estarán a su lado, aunque sea a través de una video-llamada. “Es duro estar tan lejos y no poder visitarlo por la pandemia. Pero siempre le decimos que él llegó en un momento en que el club estaba en malas condiciones y que ahora que está peleando arriba, debe saber distinguir y disfrutar de ambas caras. Es nuestra forma de contenerlo, es un niño todavía”, detalló Solari padre.
Un pibe que les dedicó su primer tanto en el Torneo, uno que “está feliz de cumplir el sueño de estar en un club como Colo Colo” y que pese a no haber jugado nunca con público en las gradas del Monumental, “se siente feliz con el cariño de los hinchas, por que siente que lo hicieron uno más y eso para él es maravilloso”.
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