Ser campeón continental garantiza poco o nada. más allá del orgullo que representa levantar la respectiva copa. De los monarcas regionales, sólo Portugal, con Cristiano Ronaldo a la cabeza, disputará el próximo Mundial. El resto se debate entre el repechaje y el fracaso que representa quedar al margen del Mundial.
Camerún por África, Estados Unidos por la Concacaf y Chile por Sudamérica grafican la maldición de los campeones que se quedaron disputar un torneo al que muchos dieron por descontado que llegarían. Australia, que se consagró en Asia, y Nueva Zelanda, que dominó en Oceanía no tienen nada asegurado: ambos deberán disputar repechajes para definir si estarán, o no, en el torneo más importante a nivel planetario.