Lionel Messi sorprendió durante la presente edición de la Copa América. El 10 de la Selección demostró su jerarquía y dejó atrás 28 años de fracasos de la albiceleste para amarrar la Copa América. El escenario fue el ideal: frente a Brasil, en el Maracaná.

Y más allá de las distintas postales que dieron vuelta de la final, como la de Messi levantando la Copa o riendose junto a Neymar, en el camarín albiceleste, hubo un suceso que no pasó inadvertido. Hizo pesar su jineta. Y también su experiencia.

Es que la Pulaga no quería pasar los límites durante la celebración. Cantó “dale campeón”, se tomó fotografías e incluso llamó a sus familiares por celular. Sin embargo, al momento en que sus compañeros quisieron burlarse de Brasil, el 10 frenó todo intento de festejo.

“Brasilero, brasilero”, comenzó a entonar Rodrigo De Paul, la figura de final. “No, no”, le dijo Messi, al que también se sumó Sergio Agüero. Más allá del respeto deportivo, la figura del Barcelona comparte una amistad con varios jugadores de Brasil. Su orden fue cumplida. Nadie cantó contra el equipo de Tite.

Messi suma elogios por todos lados. No tan solo por levantar la Copa sino también por sus acciones fuera de la cancha que le valieron para ser elegido el mejor jugador del certamen continental.