Reinaldo Rueda es un especialista en no perder en sus estrenos al mando de las distintas selecciones en las que ha estado. Igualó con Colombia en 2004, venció con Honduras en 2007, ganó con Ecuador en 2010 y ayer, con la Roja, hizo lo propio ante Suecia. Su ciclo, la necesaria nueva era de la selección chilena, arrancó con el pie derecho. Con pasajes de buen fútbol y un libreto que cambia la frontalidad y el vértigo por la posesión y la circulación. Menos ir e ir y más paciencia. Forma que ayer dio frutos y a la que los hinchas nacionales se irán acostumbrando conforme avance su trabajo en Juan Pinto Durán. El estilo de Rei llegó para quedarse.

Al Friends Arena llegó con la calma que lo caracteriza. Durante el cotejo también se mantuvo así. De pie, dando instrucciones y con las manos principalmente en la espalda. Sin el histrionismo de sus antecesores en la banca de la Selección. Reloj en muñeca derecha y bolígrafo en el bolsillo de su camisa.

La primera pizarra del técnico caleño dejó señales claras, partiendo por la línea defensiva. Porque si bien los laterales siguieron siendo los mismos de siempre (el centenario Isla y Beausejour) con constantes pasadas al ataque, la dupla de centrales fue una en la que se privilegió la altura, con Roco y Maripán en desmedro de Paulo Díaz, quien, según lo apreciado ayer, comenzará a pelearle el puesto de lateral derecho al Huaso, a quien reemplazó en el complemento. Tal como lo hace con éxito en San Lorenzo de Almagro.

Beausejour fue el primero en recibir instrucciones directas del DT durante el partido. No eran todas para él, claro. Porque el lateral de la U fue el encargado de traspasarle órdenes tanto a Aránguiz como Hernández.

Justamente, los dos volantes fueron los encargados de la contención y la salida limpia para Chile. En la mitad de la cancha, Rueda ordenó un triángulo, con ellos dos como mixtos y Arturo Vidal liberado, con el ida y vuelta que lo caracteriza. La receta funcionó y entre los tres se las arreglaron para que la Roja se adueñara del balón durante todo el partido. No por nada el Equipo de Todos tuvo un 58,1% de posesión, seis tiros a puerta y siete fuera, contra los cinco fuera y uno al arco del cuadro de Suecia.

"El balance es positivo y no es fácil con sólo cuatro días de trabajo. Destaco la disposición del equipo. Hubo orden. Quizás en algún momento dimos espacios, pero más producto de ir a buscar. Salía Charles, Pedro Pablo, pero por el ímpetu de acompañar ofensivamente. No soportamos el 0-1 mucho tiempo, pero es de casualidad", reseñó un satisfecho y risueño Rueda tras el cotejo.

Arriba, quizás si la mayor sorpresa, más que los elegidos, fueron los puestos en los que los hizo jugar: Sánchez por la izquierda, Eduardo Vargas como 9 y Ángelo Sagal con pierna cambiada por la derecha. El del Pachuca corrió bastante y colaboró en la marca, pero fue poco efectivo en materia ofensiva. Ninguno de los tres estuvo fino. Lo claro, eso sí, es que salvo Alexis, Rueda no les dio tanta libertad para moverse por otras zonas que las asignadas.

Incluso con los cambios, el libreto se mantuvo. El dibujo no cambió, a pesar de que algunos nombre sí. Valdés entró por Hernández y con ello Vidal retrocedió, Castillo suplió a Vargas como centrodelantero, Bolados a Sagal y Díaz a Isla. Todos a hacer lo mismo.

"Es un triunfo que reconforta para un inicio", resumió Rueda. Y claro, si su mano ya se empieza a notar y a rendir frutos.