¿Cómo se podría catalogar la trayectoria de la selección chilena durante los últimos 30 años? El camino de la Roja en este periodo es como una montaña rusa, con vaivenes constantes, con ciclos de riqueza (cercanos a nuestros tiempos, gracias a la Generación Dorada) y otros de un lamentable sufrimiento, cuando se estaba en el fondo a nivel continental. Un buen parámetro para evaluar es el ranking FIFA, el mismo que ha reflotado estos días a raíz de los discretos rivales que tendrá el elenco que dirige Eduardo Berizzo en la próxima ventana internacional de junio.
Esto queda en evidencia en el estudio “Chile en 30 años: desde el regreso a la democracia al estallido en datos”, iniciativa lanzada por Unholster en alianza con La Tercera, que tiene por objeto exponer información y estadísticas nacionales que permitan generar un relato basado en datos del Chile de las últimas tres décadas, en diversas materias. Una de ellas dice relación con el deporte, en específico con el más popular de todos. “El tema del deporte es uno que ha sido demandado por la ciudadanía, pero hay una importante escasez de datos públicos al respecto; uso de los recintos deportivos, asistencia de público, número de partidos y campeonatos, número de anotaciones, entre otros. La idea es seguir sumando distintos temas de todo tipo, y también más contenidos de deportes”, dice Antonio Díaz-Araujo, socio y gerente general de Unholster.
Este viaje comienza entre relieves y muchas piedras en la ruta, en el puesto 55 del ranking (ver infografía). Todavía seguía latente el “Maracanazo” de Roberto Rojas, del 3 de septiembre de 1989. La simulación del Cóndor, uno de los mayores escándalos de la historia del fútbol criollo, le costó a la Selección quedar inhabilitada para jugar las Clasificatorias del Mundial de Estados Unidos 1994. Lamentablemente para los intereses locales, Chile no pudo aprovechar a los jugadores de Colo Colo que ganaron la Copa Libertadores del ‘91, así como los futbolistas de Universidad Católica que fueron subcampeones de América en el ‘93.
El proceso rumbo a Francia 1998 implicó un ascenso en la Selección no sólo en el ranking, sino que, en el estatus, ese que se había perdido. Para 1997, cuando se selló la clasificación al Mundial de la mano de Nelson Acosta (la primera desde España ‘82), Chile había subido 10 lugares en comparación con el año pasado. Los buenos resultados, particularmente ante equipos de estirpe, inciden directamente en subir de posición, o viceversa.
Precisamente, sucedió todo lo contrario para el siguiente proceso clasificatorio para una Copa del Mundo. Aquella fue la época más oscura del Equipo de Todos a nivel de resultados, en el periodo que se considera para este estudio. Rumbo a Corea-Japón 2002, Chile terminó en el último puesto de las Clasificatorias, su peor resultado bajo el formato actual de clasificación: todos contra todos. Esto repercutió directamente en la brusca caída que sufrió el seleccionado. Si en 2001, la Roja se ubicó 39°, al año siguiente apareció 84°, la peor ubicación histórica de la Roja desde la instauración del ranking. En un año disminuyó nada menos que 45 puestos.
Esa travesía por el desierto iba de la mano con un campeonato local que también estaba en el fango. Cuando Reinaldo Sánchez era el presidente de la ANFP (entre 2001 y 2006), se instauró el descenso programado, medida adoptada por el directorio encabezado por el histórico dirigente de Wanderers, lo que le quitó competitividad al fútbol local. Si en 2003 había 16 equipos en Primera División, para 2005 eran 20. También se comenzó con la experiencia de los torneos con playoffs, a la mexicana.
De subida y bajada
El próximo 11 de junio, en Concepción, Chile enfrentará a su par de Cuba, ubicado en el puesto 165° del ranking FIFA. Luego, el 16 de junio, la Roja recibirá a República Dominicana (151°), en Viña del Mar. Se trata de rivales de una categoría inferior, si pensamos que estos serán los últimos apretones de la Selección de cara al arranque de las Eliminatorias, en septiembre. Remitiéndose sólo a la Concacaf, ambos elencos están por debajo de otros de segundo y tercer orden como El Salvador (75°), Curazao (88°), Trinidad y Tobago (104°), Antigua y Barbuda (133°) y Nicaragua (140°), este último dirigido por el Fantasma Figueroa. El tercer juego será ante Bolivia (83°), el 20 de junio, en Santa Cruz de la Sierra.
Al día de hoy, el equipo chileno está 31° en el ranking, siendo el sexto de la Conmebol. Es superado por Argentina (1°), Brasil (3°), Uruguay (16°), Colombia (17°) y Perú (21°).
“No es un presente grato, pero hoy Chile, salvo los tres o cuatro jugadores que son más o menos atractivos para otras selecciones, en la realidad, te demuestra que este es el nivel de amistosos que puedes jugar”, sentenció Jean Beausejour, exseleccionado, en radio ADN. “No es que Chile o el seleccionador no quiera jugar partidos clase A, de alta competencia, sino que es más o menos donde estamos situados hoy en día lamentablemente”, agregó el bicampeón de América.
Tras quedar afuera de la Copa del Mundo de Rusia 2018, Chile ha ido cayendo progresivamente en este listado. Primero salió del top ten. Luego, hacia 2021, se cayó del top 20. Sin embargo, no todo ha sido malo. Hubo una época, no tan lejana en el tiempo, en la que la Roja estaba arriba, codeándose con la élite, con las potencias del orbe.
Cuando la Selección comenzó a escalar posiciones fue durante el proceso de Marcelo Bielsa. El rosarino, próximo a asumir la banca de Uruguay, llegó a Juan Pinto Durán en 2007, cuando Chile estaba 45° (post Copa América de Venezuela y el famoso “Puerto Ordazo”). Las Clasificatorias para el Mundial de Sudáfrica 2010 fueron extraordinarias para la Roja. Pregonando un nuevo estilo, más ofensivo y audaz, se estaba forjando lo que iba a ser el arranque de una etapa gloriosa. La famosa Generación Dorada, esa misma que Alexis Sánchez enterró hace unos meses. Para 2010, Chile ya estaba 15°.
En la elite
Como el trayecto de la Selección en esta clasificación elaborada por el ente rector del fútbol mundial es un ida y vuelta reiterado, en los años venideros volvió a bajar y a subir. Si se trata del ranking, lo mejor del combinado nacional coincidió con los años en los que obtuvo los dos títulos de la Copa América, ese histórico bicampeonato que permanece en la memoria. Para 2014, año en el cual Chile participó del Mundial de Brasil (quedando fuera por penales ante el anfitrión, en octavos de final), se ubicó 14° en el ranking. Al año siguiente, saltó nueve lugares.
En 2015 se concretó la primera estrella de la selección chilena, en aquella Copa América realizada en el país, venciendo a Argentina desde los 12 pasos en el Estadio Nacional. Llegó a quedar en el quinto puesto de la lista. Pero esta no ha sido la mejor ubicación de la Roja.
En 2016, cuando se retuvo la corona del continente, ahora en Estados Unidos, Chile terminó el año como la cuarta mejor selección del mundo. En ese año, se dio la mejor posición histórica del elenco patrio. En abril de 2016 apareció en el tercer puesto, sólo detrás de Argentina y Bélgica. Sucedió tras una victoria sobre Venezuela, como visitante, por las Eliminatorias para Rusia 2018. Fue el primer triunfo de Juan Antonio Pizzi al mando del seleccionado.
La foto era tan distinta a lo que sucede ahora, cuando Chile debe asumir que no está en una posición privilegiada. Quedar afuera de dos Mundiales de manera consecutiva afectó la imagen que había construido el Equipo de Todos durante más o menos 15 años. Si se hace la comparación con los colosos de Sudamérica, tanto Argentina como Brasil nunca han caído más allá del top 30. La Albiceleste hoy lidera el ranking, luego de ser campeones en Qatar. Su peor ubicación fue 24°, en 1996. En el caso del Scratch, llegó a estar 22° en 2013.
Si vemos al resto de los vecinos del barrio, Uruguay tuvo su ubicación más baja en 1998: 76°. Fue de la mano con la no clasificación al Mundial de Francia. Mientras que Perú llegó a estar 91° en 2009. Hoy, el cuadro incaico está por sobre la Roja. El factor Ricardo Gareca es clave para explicar el éxito reciente de la Blanquirroja.
Así es el sube y baja del fútbol. A veces se codea con los mejores. En otras, hay que conformarse con una realidad más compleja. ¿Cómo será el devenir de la selección nacional en los próximos 30 años?