Si cada cuatro años el mundo se detiene para observar nadadores, atletas, gimnastas y una legión de otros deportistas desafiando todos los límites humanos en los Juegos Olímpicos, dos años después vuelve a despertar la otra dimensión de la cita de los anillos: una mucho más fría, pero no menos ardiente. Con 2.925 deportistas de 92 países (récord de participación) comienzan este viernes 9 de febrero los JJ.OO. de Invierno de Pyeongchang, certamen que reúne a los reyes de la nieve y algunos de los deportes más extremos del mundo.
Con una cara totalmente distinta a la de su versión veraniega, la cita reúne 15 deportes. Aquí no hay velocistas como Usain Bolt, sino patinadores de velocidad. Y en la nieve tampoco hay muchos deportes de cancha, excepto el hockey sobre hielo, ni disciplinas de combate. O quizás sí, si se consideran las velocidades extremas como un oponente a combatir en las pistas de trineos como el bobsleigh, skeleton y luge, en los cuales se alcanzan más de 100 kilómetros por hora y, en algunos casos, se pone en riesgo la propia vida.
Entre todas las disciplinas, el snowboard y especialmente el esquí son los protagonistas. Con modalidades de competencia alpina, cross country, freestyle y salto, los esquíes entregan la mayor cantidad de medallas y suman una constelación de estrellas.
En total se reparten 102 oros, también plusmarca, gracias a las nuevas categorías: patinaje de velocidad de salida masiva, dobles mixtos de curling, snowboard big air y esquí alpino por equipos.
Pyeongchang, un condado ubicado en las montañas de Taebek, en la provincia surcoreana de Gangwon, promete ser el mejor anfitrión de la historia. No sólo exhibe hitos numéricos, también socioculturales. Las Coreas alcanzaron un histórico acuerdo en que la del Sur, organizadora, accedió a que compita la del Norte, con la que ha estado en guerra por más de 65 años. De hecho, ambas delegaciones desfilarán juntas en la ceremonia inaugural, lo que significará el primer desfile con la bandera unificada desde Turín 2006. Y a nivel competitivo, en el hockey femenino sobre hielo, armarán un solo seleccionado. Dichas medidas llevan a este evento a ser denominado Los Juegos de la Paz.
Pyeongchang establecerá marcas hasta sexuales. Es que la organización repartirá más de 110 mil preservativos en la Villa Olímpica, diez mil más que en Vancouver 2010. Un promedio de 37 por deportista.
De fondo, y por el dopaje, también se cruza una polémica. El TAS, a ocho días del inicio, decidió levantar por "insuficiencia de pruebas" la sanción que le había impuesto el COI a 28 de los 42 deportistas rusos. El comité olímpico, mostró su "decepción" y aclaró que "no significa que este grupo de deportistas sea invitado a Pyeongchang".
El histórico rey olímpico del invierno es Noruega, con 118 oros y 329 preseas en 22 ediciones. Los estadounidenses están a la escolta, con 282, y después de ellos aparecen países como Austria (218), Alemania (209), entre otros. Algunos países, como Nigeria y Jamaica, envían competidores que sólo van por el espíritu olímpico. En realidad, como Chile, de historia intrascendente en estas citas invernales. Envía siete deportistas a superar el punto más alto que aún establece Thomas Grob, en Nagano 1998. El esquiador alpino fue undécimo. La segunda mejor marca criolla es de la esquiadora Dominique Ohaco, quien compite en la especialidad Slopestyle del esquí freestyle. Fue décimo tercera en Sochi 2014 y es la principal carta nacional ahora.
Aunque todo esté rodeado de hielo y frío, los Juegos de Pyeongchang estarán en llamas.