La nueva dama del florete

Cuando llevó la bandera nacional en la apertura de los Juegos Sudamericanos de la Juventud, en Santiago, Katina Proestakis no sabía que confirmaría tan bien su mérito de ser la abanderada. Ya que, con tres medallas de oro, la esgrimista fue una de las figuras nacionales más dorada de la competencia.

Tras la infartante definición del florete individual femenino, en la cual venció con un punto final milésimas antes de un toque de su rival, la chilena conquistó dos oros más, en la estafeta combinada y en el esgrima por equipos.

"Cuando gané el primer oro, tiré la careta y grité mucho. Fue una tremenda sensación de satisfacción", recuerda.

Y Chile finalmente lideró el medallero del esgrima en los Juegos, con ella como la protagonista y como la única nacional a conquistar tres oros.

Después de ser seducida por la elegancia de su deporte a los 7 años, en una academia de su colegio en Antofagasta, Proestakis migró junto a su familia a Houston, Estados Unidos, hace casi cuatro años, para crecer como tiradora. Y allí, de hecho, ha entrenado junto a jóvenes que incluso han competido en Juegos Olímpicos.

Con una de ellas, la norteamericana Isabelle Elizondo, ha protagonizado algunos equilibrados combates e incluso le ha ganado "un par de veces", según cuenta la joven, con títulos en panamericanos y sudamericanos específicos de categorías juveniles.

Y a pesar de sus logros, no se considera la gran referente de la camada de chilenos que dominaron el medallero de su disciplina en los Juegos Sudamericanos. Eso sí, sus medallas la sitúan como una promesa digna de atención.