A los 36 años, Andrea Koch se reiventa. Si bien su etapa de tenista profesional fue quedando atrás en los últimos años, la pasión por el deporte no. Y así fue como en el último tiempo cambió la raqueta por las paletas de tenis playa y pádel. Un giro algo inesperado, pero que la tiene en una posición expectante para disputar dos Mundiales en este último deporte, luego de ganar el selectivo de la categoría +35 años, junto a Pamela Sannazzaro, además de llegar a cuartos de final en Open. La primera busca jugadoras para el Mundial de Las Vegas, mientras que la segunda se alista para el Mundial de Qatar.
La ex número 224 del mundo cuenta cómo en pocos meses se fue enamorando de estas disciplinas. “Me llamó mi primo para mi cumpleaños, en abril, y me contó que había vuelto a jugar pádel. Y en Chile hay un boom. Yo había jugado tres veces en toda mi vida y me invitó a jugar. Lo pasé tan bien que me encantó y me empecé a meter”, relata.
Si bien Koch se enamoró del pádel, también sigue probando suerte en el tenis playa, donde también tiene objetivos. “Estaba jugando algunos torneos, pero el circuito estaba medio parado, aunque igual quiero jugar torneos ahí. Y, de repente, buscando en las redes sociales, me encontré con el selectivo para el Mundial profesional y el de mayores de 35″, cuenta. De ahí, vino una intensa preparación: “Tomé clases con las mejores, partiendo por la capitana Noelia Suárez, también con Giannina Minieri. Probé con distintas manos, jugué con hombres, mujeres y me motivé muchísimo, porque hay un muy buen nivel. De hecho, ahora estoy buscando coach y retomé con mi PF de toda la vida, Héctor Passi”.
Cada vez es más importante la presencia de extenistas en este deporte, que los vuelve a transportar a viejas sensaciones. “Echaba tanto de menos volver a sentir la adrenalina de la competencia. Y cuando la volví a vivenciar, me di cuenta de que en realidad me encanta competir. No sé si me quiera dedicar al pádel, pero quiero jugar todo lo que pueda y ojalá torneos importantes por Chile. Hoy tengo una vida que me gusta, que está ligada a la televisión, pero no me cierro a nada. Quiero vivir el momento, quiero prepararme con todo para ir a Las Vegas y por qué no jugarme todas mis opciones para jugar el Mundial de Qatar a nivel profesional”, confiesa Koch.
Noelia Suárez, jugadora y capitana, cuenta cómo ha sido el proceso para sumar gente. “Estamos preparando las selecciones desde el año pasado, cuando hicimos los primeros selectivos en medio de la pandemia. De ahí saqué a 20 chicas, que son las que tenían que jugar para estar en la Selección. De ahí sumé a una nutricionista y a un PF. Dejamos una lista previa de 10, de las cuales ocho somos las que vamos al Panamericano de México”, explica la argentina, quien puede representar a Chile en este torneo, pero no en el Mundial de Qatar, donde será la entrenadora.
Sobre la llegada de nuevas figuras, como es el caso de Koch, la transandina se declara muy contenta. “Andrea se sumó a los selectivos de este año, por lo que podría integrar la preselección con vistas a Qatar. Obviamente, las que ya están en el Panamericano tienen más posibilidades, pero nunca están las puertas cerradas para gente nueva que tenga nivel para estar en este proceso. Yo estoy muy feliz. Andrea está muy motivada y tiene posibilidades de ir a Las Vegas y de estar en la preselección a Qatar. Eso sí, ahí depende de ella ganarse su lugar”.
Asimismo, Suárez destaca el gen que tienen los deportistas que vienen del tenis: “Lo bueno de estas personas es que son muy competitivas, eso le suma competencia y profesionalismo a lo que estamos intentando trabajar. No se junta solo gente de oficina ni por hobbie, sino que hay gente que quiere competir y eso en el ambiente de las mujeres nos hacía falta, porque no había. Es muy social en mujeres. Cuando le metes profesionalismo, preparación física y las haces entrenar cuatro horas, se siente, y está bueno que sume gente que entiende que estos procesos son así y que nada es a dedo. Entienden que las mejores tienen que presentarse a entrenar”.
El boom del pádel
Claudio Santibáñez también tiene un pasado como destacado tenista juvenil y su hermano, Sebastián, fue campeón mundial Sub 14, en aquel equipo que integraban Christian Garin y Bastián Malla. Hoy Claudio está dedicado al pádel como jugador y profesor. Desde esa tribuna ha visto cómo evoluciona la disciplina.
“Hago clases de pádel y estoy derivando clases porque no tengo espacio. Han salido unos 20 clubes en Santiago en el último tiempo y ya hay proyectos para hacer 10 canchas en algunos lugares”, afirma sobre el crecimiento de la actividad. Al igual que Noelia Suárez, resalta la irrupción de las mujeres en la práctica. “Antes se hacían pocos torneos, porque no se alcanzaban a completar los cupos”, recuerda.
Santibáñez también forma parte del equipo que disputará el Panamericano de México y el que irá a Qatar, que se disputará del 15 al 20 de noviembre. Sin embargo, para viajar sobre todo a Medio Oriente, los factores económicos arrecian. “Es difícil desde el punto de vista de los recursos. Nosotros nos tenemos que costear los pasajes y de repente sale algún auspiciador que nos paga algún porcentaje para la ropa. Mientras que la Federación Internacional costea hospedaje, los traslados allá y la comida”, explica.
La razón, según relata, tiene que ver con que la Federación local recién se está constituyendo. Sin embargo, no pierde la esperanza de que este deporte siga evolucionando, lo que permita ir mejorando la organización. “Recién se reconoció al pádel como deporte en Chile y tengo entendido que el presidente de la federación estuvo en conversaciones para que pueda estar como disciplina invitada en Santiago 2023 y, de hecho, a nivel internacional, está la idea de sumarla en algún momento a los Juegos Olímpicos”.