La nueva vida de Sebastián Pinto en el pádel
El exdelantero de la U colgó los botines hace tres años y hoy brilla en un deporte que cada vez suma más adeptos. De eso, de su experiencia en el fútbol y del momento azul habla el otrora goleador radicado en Brasil. “Estoy súper feliz”, dice sobre su presente.
A los 36 años, Sebastián Pinto goza de una vida nueva. Radicado en Santa Cruz do Sul, Brasil, junto a su esposa y sus tres hijos -con un cuarto en camino-, el exdelantero de la U y de la Roja brilla como jugador de pádel.
“Desde que me retiré, y con todos los problemas físicos, no tenía mucha opción de seguir haciendo deporte, y en el 2017 me empecé a meter en el mundo del pádel. Comencé lúdicamente y al poco tiempo me di cuenta de que era el deporte que podía hacer. Luego, coincidió con mi retiro, y hoy estoy entrenándome todos los días y jugando a buen nivel en torneos de primera categoría aquí en Brasil, donde estoy radicado. De hecho, mi mujer es brasileña y mis hijos nacieron acá”, relata.
Su pasado como tenista también le ha ayudado a destacar y hoy se lanza en un nuevo desafío: “Estamos abriendo un club de Pádel en Lo Barnechea, Pádel Club Chile. Trascendió un poco más porque pasó de ser un deporte a un negocio, con uno de mis buenos amigos y otro socio. Entonces, somos tres personas que estamos trabajando en un proyecto deportivo que está ad portas de abrir y de generar puestos de trabajo y ayudar en la parte social. Es el deporte que me gusta e intento de que siempre crezca”.
Hijo del destacado periodista y realizador Carlos Pinto, el exfutbolista dice que eso nunca fue un problema para él: “Nadie me criticaba y tampoco me afectó mucho, porque quizás tuve la fortuna de hacer una carrera relativamente buena, y las críticas buenas y malas que recibía eran por lo que hacía dentro de la cancha”.
Eso sí, mirando en perspectiva, es bastante autocrítico. “Todos tenemos un mea culpa y el mío es no haberme preparado en el tiempo justo para un término de carrera mejor físicamente. A veces jugué mucho con la juventud y con lo que tenía, pensando que eso me iba a dar para siempre, y cuando uno va creciendo y el físico se va desgastando, ya no se te hace tan fácil, y no me preocupé mucho. Uno necesita eso y más, y el fútbol fue cambiando. Eso te va quitando posibilidades y terminó en que mis últimos años fueron muy difíciles con la parte física hasta que tuve un retiro más temprano del que quería”, confiesa.
Sin duda que para Pinto un momento complicado fue cuando llegó a la conclusión que debía dejar la actividad tras defender a 14 equipos en Chile, Brasil, Colombia, Turquía, Francia, Argentina e Italia.
“Fue difícil, porque uno no está preparado para eso y necesita un tiempo para asumirlo. Tu familia y la gente que te contiene es muy importante. Si me preguntas ahora, fue una buena decisión, porque los últimos dos o tres años lo pasé remal. Yo siempre trato de quedarme con las cosas positivas más que con las negativas y, si me quedaba con esa última parte, hubiera sido injusto con lo que fue mi carrera y era algo que yo no quería. Hay que ser justo con lo que uno hizo y con lo que no. Veo colegas de mi edad jugando a alto nivel y yo estoy retirado hace tres años. Se asume, no es fácil, pero mi vida ya cambió de rumbo y estoy súper feliz”, plantea.
Sobre su experiencia en el fútbol, Emerson Leao, su técnico en el Santos, fue el que peor recuerdo le dejó. “No le gustaban mucho los jugadores extranjeros, era bien nacionalista. Te ponía de titular y después te mataba por la prensa. Pero cuando uno termina de jugar pareciera que ya nada de eso importa mucho”, reflexiona.
Sufrimiento azul
Identificado con Universidad de Chile, Pinto cumplió su sueño. “Mi momento más feliz es claramente cuando jugaba por la U. Era donde uno se sentía completo e identificado. Eso se termina disfrutando tres veces más. Mi intención era llegar al primer equipo, rendir y hacerlo bien, anotando goles en clásicos...”, afirma.
Por lo mismo, es crítico con el momento institucional de los azules. “Todo lo que le está pasando a la U es algo que buscó. Es por no hacer las cosas bien durante 10 años. Desde que ganaron todo, las cosas se complicaron: contrataciones que no fueron las que tenían que ser, después dejaron salir a gente importante del club, que no tenía que salir nunca de la forma que lo hicieron. Y después llega gente a vincularse que no entiende lo que significa la U”, dispara.
“La U es grande por lo popular que es, pero no es ese equipo que cada fin de semana uno sabía que iba a ganar o estar peleando arriba, porque nadie lo puede asegurar y es un sufrimiento constante cuando uno es hincha. Verla así no es nada bueno, pero siempre apoyando al chuncho”, añade.
A pesar de eso, confía en que las cosas mejorarán. “Ojalá repunte y que tenga la posibilidad de empezar de cero. La U necesita hacer una limpieza total, y tener claro el camino a tomar; si es con juveniles o con gente grande o buenas contrataciones. Todavía no encuentran el camino, pero cuando lo hagan va a estar todo bien, porque un equipo como ese es imposible que dure mucho tiempo de esa forma. Se va a enrielar y va a encontrar su camino natural”, sostiene.
No volvería a la U en un cargo. “Estoy fuera del fútbol totalmente y no me motiva mucho”, indica. Ni tampoco se ve en Chile. “Estoy radicado hace un par de años y lo más probable es que me quede un rato largo acá”, cierra.
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