La ofrenda interminable de Fernando Díaz por la salvación de Coquimbo Unido: “Caminé desde el Francisco Sánchez Rumoroso hasta La Serena”
El técnico pirata relata la manda que pagó después de que los aurinegros conservaron la categoría. Eso sí, el ejercicio de fe tendrá que extenderse un par de días: la suerte del club depende del dictamen de la Segunda Sala del Tribunal por el duelo entre Antofagasta y Palestino.
Fernando Díaz se oye algo disfónico. La consecuencia es obvia: entre el desgaste de las cuerdas vocales por las instrucciones que tuvo que dar en el partido ante Curicó Unido y el posterior, por la celebración de la salvación pirata, se explica por qué cuesta algo entenderle. Así, explica que también está cansado. Y da las razones que justifican el agotamiento. “Ayer, terminado el partido, pagué una manda. Caminé desde el estadio Francisco Sánchez Rumoroso hasta la iglesia que está en La Serena”, explica a El Deportivo. El entrenador controló el tiempo del desplazamiento. “Dos horas cuarenta minutos”, explica a El Deportivo.
Hoy está cansado, pero feliz. “La estadía entera en Coquimbo ha sido muy gratificante. La gente es muy tiradora para arriba, da buenas vibras, siempre motivándote, haciéndote cariño, por así decirlo. Hay un sentido de pertenencia muy grande con el club. Estábamos muy comprometidos. Ayer, cuando quedaba poquito, uno miraba a la gente y fue emotivo”, sostiene, a modo de resumen por la mezcla de sensaciones que experimentó en el desenlace del choque ante los torteros.
Ese estado de satisfacción ni siquiera lo empaña el incierto final de la disputa en la Segunda Sala del Tribunal de Disciplina, a propósito del encuentro entre Antofagasta y Palestino. Si los nortinos imponen sus argumentos, el partido podría jugarse. Y si lo ganan, condenarían a Coquimbo. Díaz no quiere pensar en eso. “Para mí, no hay dos lecturas: ya están claros los antecedentes jurídicos. En la Primera Sala fue unánime, siete a cero. Estoy convencido de que hay que ratificar el fallo y de que Coquimbo está en Primera”, sentencia.
El proceso
El estratega recuerda en detalle el proceso de la salvación coquimbana. “Analizamos el equipo, que hasta ahí recibía tres goles por partido. Teníamos -30 y el más cercano era La Serena. En el período nuestro terminamos con +4 y -20 en el total. Se acabó el toque corto en el área nuestra. Les habían hecho 12 goles así. Empezamos a jugar por los costados. Sacamos resultados y acortamos la diferencia de goles. En 10 partidos, pasamos a La Serena en diferencia de goles. Dimos más elaboración en la jugada, aparecieron jugadores como Barrera, Huanca, Zúñiga, Bravo”, intenta resumir.
La explicación es más amplia. “Encontramos solidez defensiva, pero en los últimos partidos terminamos con bastante volumen ofensivo, también. Y luego hubo convicción y coraje futbolístico. Como cuando tuvimos que ganar sí o sí, como ante Cobresal, que nos sacaba nueve puntos. Con la U empatamos y nos mantuvimos. Contra Huachipato, si no ganábamos nos íbamos al descenso. Con Unión, lo mismo. Hubo coraje y rebeldía ante el destino que estaba casi escrito. En los últimos dos partidos jugamos bastante bien, con muchas llegadas. Se nos lesionó nuestro mejor jugador, Abrigo. O Jeraldino. Y aún así lo conseguimos”, valora.
La convicción jugó un rol clave. “Les dije a los jugadores que nos podíamos salvar, que había que tener fe. Los jugadores lo entendieron y se entregaron al trabajo, con mucho estudio de los rivales. Afortunadamente, todo salió bien”, revela.
Ahora, delinea el futuro coquimbano. “Cuando firmé, lo hice hasta diciembre del próximo año. Ahora tenemos que juntarnos para entregar la programación y la confección del plantel. No se puede repetir lo de este año. La gente merece que Coquimbo esté más arriba. Hay un montón de posiciones que queremos reforzar Uno busca jugar como más le gusta. Como terminamos en los últimos partidos. Es lo que tenemos que intentar”, plantea antes de relucir su especialidad en evitar tragedias. “En 2010, con nueve puntos abajo, salvamos al Chago en la promoción, con Antofagasta. Esa historia se parece a esta”, concluye.
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