Carlos Queiroz dejó de ser el técnico de Colombia y la noticia rebota en Juan Pinto Durán. No es primera vez que un movimiento en la banca de la selección cafetalera genera inquietud en la Roja. Y, ciertamente, tampoco es primera vez que se asocia al actual estratega de Chile con un eventual retorno a la selección de su país. En su país, el caleño es un técnico reputado y querido. Los resultados que obtuvo con la escuadra amarilla y con Atlético Nacional se mantienen frescos en la retina de los hinchas y de la crítica.
Ni bien Queiroz daba las primeras señales de alejamiento, desde el país caribeño surgieron las primeras llamadas periodísticas. La consulta es la de siempre: “¿En qué situación está Rueda?”. La respuesta, en primera instancia, se apega a la formalidad. El estratega acordó con la ANFP hacerse cargo de la Roja hasta conducirla al Mundial de Qatar 2022, aunque el dubitativo inicio de las Eliminatorias, cuyo cierre de año se produjo con la derrota frente a Venezuela, que dejó a Chile en el sexto puesto de la tabla, llevó a la dirigencia encabezada por Pablo Milad a concluir que el proceso después de la próxima fecha doble, en marzo. La exigencia para Rueda es categórica: debe derrotar a Paraguay en el Estadio Nacional. La alicaída situación financiera de la entidad que rige al fútbol chileno impide abortar antes el proceso. La salida del entrenador, con impuestos incluidos, cuesta US$ 3,25 millones.
Por lo pronto, en la Roja están en alerta. “Sabemos que Rueda siempre ha sido del gusto de Colombia. El también tiene un compromiso especial con su país”, dicen desde juan Pinto Durán respecto de una opción que tampoco resultaría demasiado incómoda. En Colombia, al menos desde el punto de vista oficial, se apegan a la formalidad. “Rueda es el técnico de Chile”, contesta a La Tercera Ramón Jesurum, el presidente de la federación colombiana.
Una inquietud frecuente
En noviembre del año pasado, la consulta fue la misma. A Colombia habían llegado no solo las noticias relativas al estallido social que se vivía en Chile. También se enteraron de la incomodidad del entrenador, quien en una conferencia expuso su molestia por la falta de fútbol y por la imposibilidad de que la Sub 23 disputara un torneo internacional en España. “Como esto continúe así… Si yo vengo a trabajar en fútbol y no hay fútbol, me tengo que ir. Es algo atípico, no es normal. Cuándo se va a normalizar, es la gran pregunta”, declaró. “El viernes pasado lo pensé (dejar el cargo), me calenté mucho y me entristecí mucho (...) Al buen entendedor, pocas palabras bastan. Si el talento humano, los buenos jugadores no están disponibles por alguna razón, el espíritu se pierde, ¿Por qué no va la Sub 23 a España? ¿Un jugador o dos (nominados) por equipo va a parar una liga nacional? Muy pobre, caótico, deprimente”, reclamó.
Un poco más atrás, en enero del año pasado, también había surgido la pregunta. Esa vez, el origen estaba en las oficinas de la ANFP. Arturo Salah, el timonel que había confiado en Rueda, dejaba la testera del fútbol chileno. Meses antes, en octubre de 2018, el entrenador había comenzado a poner en duda su permanencia si había un cambio de timonel. “Depende de si sigue Don Arturo o no, pero ver las condiciones o las situaciones de la parte electoral. Si llegan nuevos directores y no quieren que siga, lo he dicho varias veces, se me sale de las manos. Si quieren que siga, bueno, mientras nos dejen trabajar, estamos para eso, eso es lo que nos motiva”, declaraba. La incertidumbre coincidía con una situación fundamental para plantearse la duda: Colombia se quedaba sin técnico tras la salida de José Pekerman, en septiembre. En noviembre asumió Queiroz.
La asunción de Sebastián Moreno le pareció una señal continuista lo suficientemente válida para continuar en su puesto. Sin embargo, esta estabilidad se terminó con la abrupta salida del dirigente. La ardua disputa por el sillón de Quilín y la elección de Pablo Milad, del bloque opositor a las actuales gestiones, volvieron a instalar la duda. En julio, otra vez el puesto de Rueda parecía en duda. Sin embargo, al asumir en su nuevo cargo, el ex presidente de Curicó le entregó su respaldo a la gestión de Rueda, con quien se reunió de inmediato para delinear el futuro de la Roja.