El fútbol está lleno de cábalas y creencias particulares. Bien lo saben en el Liverpool, que durante las últimas tres temporadas sus jugadores tenían la orden expresa de Jürgen Klopp de no tocar el escudo del club, pintado en las paredes del túnel del estadio Anfield rumbo al campo de juego.

Desde que el entrenador alemán llegó al puerto inglés, en octubre de 2015, estableció una serie de normas y reglamentó otras situaciones, que han sido reportadas desde el comienzo por la prensa inglesa. Así, los jugadores de los reds, además de no poder tocar el escudo a modo de ritual de buena suerte, tampoco pueden usar los celulares dentro del vestuario y son sometidos a la revisión personal del entrenador de sus rutinas de entrenamiento y el uso de sus respectivos tiempos libres. Nada al azar.

La cábala de tocar el escudo, eso sí, quedó de lado este 2019. El holandés Wijnaldum tocó el emblema en la previa del primer partido de la Premier League 2019-2020, ante Norwich. La ruptura del ritual, no obstante, no tuvo efectos negativos. Todo lo contrario, pues los rojos se impusieron cómodamente por 4-1.

"El jefe no nos dejaba tocar el escudo hasta que ganáramos un trofeo... Ahora es el momento", escribió el propio mediocampista de los Países Bajos, confirmando que la cábala se terminó tras la obtención de la última Liga de Campeones.