Ariel Holan quedó con sensaciones encontradas por el rendimiento de Universidad Católica ante Everton. Lo exteriorizó después del partido, cuando analizó la igualdad frente al equipo viñamarino. “Ellos se adaptaron mejor a las condiciones del campo de juego y a nosotros nos costó hacer pie y comenzamos a jugar directo y esa no es la manera”, expresó. “Nosotros dábamos pases dos metros más adelante o uno más atrás y nos costó mucho adaptarnos. Ellos, cuando quedaron con 10, se replegaron bien y cuando teníamos para ganar, celebramos el empate por como se dio”, amplió. En la última expresión, reside cierta inconformidad por la presentación de sus dirigidos.
Durante el partido, de hecho, el descontento se hizo evidente. El estratega, habitualmente mesurado tanto en sus acciones como en sus declaraciones, protagonizó una auténtica pataleta. En pleno compromiso, en la ubicación que ocupa, cercana a la banca, pateó enérgicamente una botella desechable. La mala suerte fue que, producto de su furibunda acción, el implemento golpeó accidentalmente a uno de los colaboradores del club cruzado.
Semanas complejas
Holan ha vivido semanas complejas. Mientras intenta darles a los cruzados una línea de juego cercana a la que mostraron en su anterior etapa en el club, y sobre todo conseguir que escalen en la tabla de posiciones, el estratega ha visto salir a figuras que, seguramente, tenía en su mente para el plan que intenta desarrollar: primero Diego Valencia y, luego, Marcelino Núñez. Si bien ambas transferencias dejan valiosos recursos económicos a los cruzados. en el plano deportivo la estructura, que esta temporada ha mostrado evidentes signos de debilidad, se resiente considerablemente.
En ese contexto, por ejemplo, ha sido evidente la molestia del entrenador. En la antesala del encuentro ante Palestino, justo cuando la dirigencia concretaba la venta de Núñez al Norwich, la escuadra de la Championship en la que debutó dejando buenas sensaciones. “El equipo de 2019 lo recibí en una versión distinta de este. Era diferente, porque había salido campeón y le di mi identidad en función de lo que recibí. Ahora, cuando lo recibí el semestre pasado, estaba a tres puntos del descenso, con mucho jugador lesionado e hicimos incorporaciones, pero perdimos a (Diego) Valencia, que era un jugador importante”, lamentó en esa oportunidad.
“Debo reconstruir un equipo que fue muy competitivo, pero que no lo era cuando lo recibí”, agregó el argentino, ya enterado de la partida de uno de sus principales valores.