La generación dorada todavía tiene hambre. Y los nuevos también. Todos quieren una nueva final. Sueñan con estar en el Maracaná para ir por el tricampeonato de América. Hoy, la selección chilena tiene la oportunidad de acercarse a ese objetivo, aunque Perú tratará de impedírselo. Un viejo y duro rival para una nueva edición del Clásico del Pacífico, un partido que saca chispas y que seguro quedará en la memoria de uno y otro.

El Arena do Gremio será el escenario del éxito o el fracaso de la Roja. En Porto Alegre, la temperatura es baja y la lluvia una cuestión normal en está época del año. La cancha está mala. Tanto Lionel Messi como Luis Suárez ya la criticaron. Sin embargo, esto no es excusa, porque la Roja ya derrotó a Ecuador en un terreno blando como el del Arena Fonte Nova de Salvador de Bahía.

Reinaldo Rueda lo tiene claro, más allá de su preocupación lógica por el campo de juego. Al igual que ya tiene claro el equipo titular. A estas alturas, cualquier chileno lo recita de memoria: Gabriel Arias, en el arco; Mauricio Isla, Gary Medel, Guillermo Maripán y Jean Beausejour, en la defensa; Charles Aránguiz, Erick Pulgar y Arturo Vidal, en el mediocampo; José Pedro Fuenzalida, Eduardo Vargas y Alexis Sánchez, en ataque.

El colombiano irá con los mejor. Si bien las amarillas del Rey y del Príncipe son una inquietud, esta vez no se guardará nada, a diferencia de lo que hizo ante Uruguay, en la fase de grupos. Hay que asegurar el paso a la final en Río de Janeiro.

La idea de juego también está asimilada. El técnico quiere posesión y reducirle los espacios al conjunto de Ricardo Gareca. Esa es la esencia del cafetero. El grupo lo entendió, después de 18 meses, pero lo entendió.

Ahora su sistema está dando frutos. Y cuando se habla de sistema se engloba todo, como por ejemplo, el régimen flexible de concentración, con el que se ganó por completo a los jugadores, que han compartido con sus familias y amigos tanto como han entrenado.

Las charlas del DT apuntan a tomar el duelo ante Perú con madurez y con la experiencia de dos títulos continentales consecutivos. Dos cosas quiere evitar: que sus jugadores se sientan ganadores antes de tiempo (las casas de apuestas dan a la Roja como amplia favorita) y que sean presa del juego incaico, que probablemente tomará este duelo como una guerra.

Chile está listo para alcanzar una nueva final. Llega con plantel completo y con una oncena clara. Por su parte, Perú busca la gloria ante el rival preferido, el que siempre quiere vencer. El Clásico del Pacífico los enfrenta ahora en una semifinal. Tal como en 2015, cuando Chile fue el que festejó y terminó dando la vuelta olímpica en el Nacional.