Universidad Católica comienza una nueva era. La llegada del brasileño Tiago Nunes a la banca del cuadro cruzado advierte un cambio fundamental en la conducción del primer equipo. Un entrenador con trayectoria, ganador de cinco títulos estaduales en su país, además de la Copa de Brasil, la Sudamericana y la Suruga Bank; estos tres últimos con Athletico Paranaense.
Su penúltimo paso estuvo en Perú, en el popular Sporting Cristal, escuadra con la que solo perdió un partido en el Apertura y otro en el Clausura. Sin embargo, no pudo definir el título nacional, el que quedó en manos de Universitario del DT uruguayo Jorge Fossati, que venció a Alianza Lima.
Antes de llegar al cuadro cruzado, tomó el control de Botafogo, equipo en el que asumió recién en noviembre y en el que se quedó hasta inicios de febrero, cuando fue destituido después de empatar ante Aurora en Bolivia, en el duelo ida de la fase previa de la Libertadores.
En busca de equilibrio
Una de las características esenciales del fútbol de Nunes es el volumen que logra en ataque. Un fútbol intenso, con mucha presencia en el campo contrario, que le permite someter a sus rivales en gran parte de los partidos.
“El Sporting Cristal de Nunes era un equipo muy ofensivo. El entrenador intenta abrir mucho el juego por las bandas, tal como es la esencia del fútbol de su país. Acá estuvo 15 partidos invicto en el último torneo, lo que habla muy bien de su planteamiento. Sus escuadras presionan bastante alto, se instalan en campo contrario para apretar las líneas de salida”, afirma a La Tercera Érick Delgado, histórico del cuadro celeste.
A pesar de ese dominio, sus equipos carecen de un equilibrio permanente. En ese afán de lograr ese control, sus equipos dejan algunos huecos en el fondo que impiden mantener esa posesión.
“El Talón de Aquiles de los equipos de Nunes está en la zaga. Al menos eso fue lo que se vio en Perú y también después al final del año en Botafogo. Su planteamiento descuidaba mucho el fondo, deja espacios atrás, muchos claros, que aprovechaban los contrarios. Esa presión alta que ejerce tiene un defecto. Porque pasada esa línea, su equipo se ve muy desprotegido. Con ese equilibrio logrará escuadras automatizadas, muy dinámicas”, dice Delgado.
Asimismo, sus últimos dos pasajes en el fútbol han adolecido del mismo defecto, la incapacidad para sostener el tiempo la línea de juego trata de imponer el DT.
“En Cristal se notó que en los últimos partidos se le cae el equipo. No mostraba esa misma vehemencia, ese vértigo que mostró en las primeras fechas. Acá estuvo invicto muchas fechas sin perder, pero no lo pudo mantener. En Botafogo le pasó lo mismo, perdió el campeonato brasileño en el final (solo logró cuatro empates y una derrota en los cinco duelos que dirigió”, apunta el portero peruano.
Carácter y renovación
Dueño de un fuerte temperamento, el entrenador brasileño ha sabido imponer su criterio en camarines complicados. Así lo demostró en su paso por Perú, donde pudo mantener el equilibrio en Sporting Cristal, equipo en el que tuvo algunas diferencias.
“Nunes es un entrenador de mucha jerarquía y esa misma impronta supo imponerla. Maneja bien el grupo. Pero no tiene problemas en chocar con referentes si debe hacerlo. En Cristal tuvo un par de problemas, aunque los zanjó. Tuvo una fuerte discusión durante un partido con el capitán Yoshimar Yotún, pero terminó bien”, asegura Delgado.
Además, el gaúcho no tiene complejos en entregar confianza a los jóvenes si las necesidades lo ameritan, tal como en Lima.
“No tiene miedo de darle responsabilidad a los chicos. Cristal es un equipo que juega con muchos jugadores formados en casa. Varios tomaron la camiseta y no la soltaron. Es el caso de Joao Grimaldo o de Martín Távara, quien vuelve a jugar con el brasileño a cargo”, cierra el incaico.