La Premier League da un paso al frente ante el mercado de las casas de apuestas. Los clubes que integran la principal competencia de clubes de Inglaterra, y una de las principales del mundo, decidirán en septiembre si aprueban la propuesta de la organización que las agrupa, que apunta a hacer desaparecer la publicidad de ese tipo de empresas del sector más destacado de las camisetas de los clubes, en la parte frontal. La precisión obedece a que la prohibición no abarcará las mangas.
El proceso será gradual. Antes del comienzo de su ejecución, se necesitan los votos de 14 de los 20 clubes que integran la asamblea, un símil del Consejo de Presidentes en el fútbol chileno. Según The Times, la votación se llevará a cabo en septiembre. De aprobarse la moción, comenzará a regir el plazo para la implementación de la medida, que abarcará tres temporadas.
Reducción de ingresos
La finalidad de que el plan sea progresivo es, evidentemente, económica. Primero, porque existen contratos vigentes que los clubes deben cumplir. Y, luego, porque el impacto en las finanzas será notorio. Dependiendo de la magnitud del club, los ingresos por este tipo de patrocinio fluctúan entre seis y 12 millones de dólares por año. De hecho, los clubes de la principal liga inglesa han apuntado la necesidad de que esa disminución también se traspase a los aporten que realicen a los que integran las categorías menores. El impacto, ciertamente, no es menor, pues en la English Football League estiman que el detrimento puede bordear los US$ 48,5 millones por año.
La presencia de las casas de apuestas en las camisetas de la Premier es evidente en siete escuadras. Los seis más importantes, el Manchester United, el Manchester City, el Liverpool, el Chelsea, el Arsenal y el Tottenham, no los tienen.
En Inglaterra, la materia viene debatiéndose desde 2020. En abril de este año, el Comité de Prácticas Publicitarias del Reino Unido anunció planes para prohibir los anuncios de apuestas en los que aparecen personas influyentes y celebridades del deporte. España e Italia ya han introducido regulaciones al respecto. Bélgica es otro de los países que trabaja en una regulación en el mismo sentido.