La Premier League se lanza contra el Dibu Martínez: el héroe de Argentina vuelve a Inglaterra en medio de un clima hostil y las dudas de su DT

Desde la final del Mundial, Emiliano Martínez le ha competido en protagonismo a Lionel Messi. En rigor, aunque todos los flashes se fueron con el astro del PSG, el golero fue la gran figura de la definición que le dio a Argentina su tercera corona planetaria. En el tercer minuto adicional del suplementario de la definición ante Francia, de hecho, le realizó una contención decisiva a Kolo Muani (”la tapada del siglo”, fue bautizada, de inmediato) y en la tanda de penales volvió a ratificar su valía al contenerle a Kingsley Coman, aunque su actuación dio incluso para análisis de carácter sicológico, por la capacidad que mostró para sacar de quicio a sus rivales. “Es el Maquiavelo del fútbol”, llegó a decir el sicólogo noruego Geir Jordet. La suya no era solo una opinión. Por su especialidad profesional, virtualmente, desarrolló una tesis.

El problema es que, paralelamente, se fue llenando de reproches. Primero, por una deplorable actitud que vio todo el mundo: un gesto obsceno realizado con el trofeo que recibió por convertirse en el mejor arquero del torneo, con seguridad la estatura más alta que alcanzará en toda su carrera. Y, luego, por lucir un muñeco que se burlaba de la desgracia de Kylian Mbappé, la figura francesa. “Cuando atajo el primer penal (ante Francia), sé que el otro chico iba a estar nervioso, la tiró fuera. Se cagó todo”, resumió en una entrevista respecto del juego mental a Aurelien Tchouameni, uno de los que falló.

Para ambas acciones, el reproche fue absoluto y, ciertamente variado. A Martínez le llegan dardos desde todos más lados. Sin ir más lejos, desde Chile. Mauricio Pinilla cuestionó la autoridad del golero transandino para burlarse de Mbappé. “¿Quién es? ¿Quién es para burlarse de Mbappé? ¡Le clavó cuatro! Cuatro veces le pateó al arco y cuatro goles le hizo. Seguramente será un ícono mundial. De él, seguro se van a acordar que tapó un par de penales”, espetó Pinigol. El problema para el ex delantero de Universidad de Chile es que de vuelta recibió un vendaval de burlas desde el otro lado de Los Andes. Le enrostraron una jugada que lleva su apellido, pero que es tristemente célebre: El palo de Pinilla. Es tan conocida, que no requiere explicación.

Como en algunos pasajes de la definición ante el equipo de Didier Deschamps, a Martínez le llegan desde todos lados. El más categórico ha sido Graeme Souness, histórico jugador del Liverpool. “Gran parte del debate posterior a la final de la Copa del Mundo se ha centrado en el comportamiento del guardameta argentino Emiliano Martínez durante la tanda de penales. Puedo aceptar esas payasadas, hasta cierto punto. Pero de lo que deberíamos hablar más es del grosero gesto que hizo tras recoger su trofeo de mejor portero del torneo”, lanzó el escocés.

Su crítica fue más profunda, pues incluyó a quienes celebraron su comportamiento. “¿De verdad hay gente a la que le hace gracia algo así? Martínez se avergonzó a sí mismo y avergonzó a su país. Parecía un payaso vulgar. Si eso es por lo que quiere que se le recuerde, que Dios nos ayude a todos. Me gusta como portero, en Argentina y en el Aston Villa. Pero que piense que lo que hizo fue apropiado, es increíble”, añadió.

“No entiendo por qué decidió hacer eso ante la mirada de todo el mundo ¿Qué respeto muestra por sus anfitriones? ¿Incluso por sí mismo? Quizá no le importe. Pues debería. No estará tan orgulloso en los próximos años. Lamentablemente, esa imagen forma parte ahora de la historia de la final”, sentenció.

Aunque lo suficientemente contundente en términos de validez, la que más debería inquietar a Martínez no es precisamente la opinión de Souness. A Unai Emery, quien lo dirigirá en el Aston Villa, su performance no le causó gracia alguna, al punto de que, según versiones de la prensa inglesa, no lo quiere en su equipo. Es más: fijan como objetivo de mercado al marroquí Yassine Bounou.

Si bien el interés cae, por ahora, en el ámbito de la información periodística, lo que es público es la advertencia de Emery respecto de las explicaciones que le pedirá a su controvertido pupilo. “Cuando tienes una emoción tan grande a veces es difícil de controlarse. Voy a hablar con él la semana que viene sobre algún festejo, pero por ahora respeto que está con su selección. Cuando esté con nosotros y bajo nuestra responsabilidad, podremos hablar de eso”, anticipó. Se espera que el golero vuelva a jugar por su club el 1 de enero, ante el Tottenham.

Emery no esconde su orgullo por lo que consiguió Martínez. Por el momento, espera que se enfoque en el descanso. “Estamos muy orgullosos de él. Que haya ganado la Copa del Mundo es increíble, creo que muchos fanáticos del Aston Villa deberían estar orgullosos de él. Vuelve la semana que viene y quiero que descanse ahora, porque después de tantas emociones y trabajo duro, creo que merece tener unos días libres antes de volver con nosotros”, sostiene. Por lo pronto, el transandino tiene asegurados dos gestos de parte del entrenador: un abrazo y un tirón de orejas. El futuro de la relación, en cambio, es incierto.