La Primera B se rebela contra la Conmebol por la ausencia en sus torneos a la que los condena la última determinación del organismo. En los clubes que integran la segunda categoría del fútbol profesional chileno rechazan la disposición que impide que equipos que estén en los segundos niveles de sus respectivos países intervengan en torneos organizados por la entidad que preside Alejandro Domínguez. Ven en la idea un profundo perjuicio para sus aspiraciones deportivas y económicas e incluso la pérdida de incentivo para seguir disputando la Copa Chile.

En Santiago Wanderers, el último club chileno que disputó un torneo internacional estando en Primera B, por haberle ganado la Copa Chile en 2017 a Universidad de Chile, reaccionan con extrañeza. "Nos parece una medida que viene a empobrecer la Copa Chile, que tenía un premio importante. Lamentamos muchos que esto se produzca cuando ya se esté jugando. Entendemos que es una medida de la Conmebol. Nosotros debemos hacer las gestiones para que se implemente en el futuro. ¿Qué sentido tiene jugar la Copa Chile? Debería existir alguna compensación", postula el presidente caturro, Rafael González.

Igualmente, sostiene que la Copa Chile debería seguir disputándose, "Pierde sentido en el segundo de que no tiene objetivo, pero tampoco se puede perder eso de que se enfrenten equipos de categorías distintas. Ese es el espíritu del torneo", añade. Sin embargo, sostiene que elevarán su preocupación al directorio que encabeza Sebastián Moreno. "Lo vamos a plantear, fundamentalmente porque fuimos el último descendido a Primera B que participamos en un torneo internacional... gracias a la Copa Chile", dice.

Reestructuración de la Copa Chile

"Evidentemente que no estamos en absoluto de acuerdo. Esto retrocede, le quita competitividad a nuestros torneos. No lo entendemos y no estamos en lo absoluto de acuerdo. Hemos luchado en conjunto porque cada vez más clubes tengan la opción de participar, porque eso aumenta el desarrollo. Es un tema que debe conversarse en el Consejo de Presidente, aunque las decisiones se toman en el nivel superior. La ANFP debe manifestar al menos su postura. Con esto, incluso, el fixture de la Copa Chile deberá cambiar, porque de lo contrario el torneo será un rotundo fracaso", opina, por ejemplo, Hernán Rosemblun, gerente general de Ñublense.

En tanto, Felipe Muñoz, presidente de Rangers, equipo que disputó la final de la Copa Chile en 1996, también muestran inquietud. "Lo leí. Me gustaría más bien esperar lo que diga la ANFP. Se contrapone con las bases del torneo que la ANFP aprobó. No nos queda otra que acatar las bases, pero es un daño para nosotros. San Felipe llegó a una copa Sudamericana. Es otra pérdida de incentivos en  Copa Chile que entregaba premios económicos y ya no y en la que ahora la ANFP organiza la final. Hasta los estáticos los maneja la ANFP. La Copa Chile ya es una pérdida importante para los clubes, sentencia.

En ese sentido, y considerando la postura del ente sudamericano postula que la Copa Chile debería reestructurarse por completo. "Es un campeonato que nadie quiere jugar. A nadie le importa hasta los cuartos de final. Ninguno de los cambios ha logrado transformarlo en un torneo atractivo y en eso no solo tiene que ver el cambio de la Conmebol, sino con el calendario, el sistema de torneo", sentencia.