La llegada de Marcelo Espina a la gerencia deportiva de Colo Colo fue una de las primeras decisiones de la actual administración de Blanco y Negro, cuya intención era darle un giro radical a este cargo, que en el pasado provocó más problemas que beneficios. Es por eso que el nombre del argentino reunía el consenso para llevar a cabo estas transformaciones.
"Marcelo estará empoderado como nunca ha estado un gerente de Colo Colo. Los logros y trayectoria lo avalan como una persona calificada para el desafío, creo que no es menor el cariño que le tiene la gente y la identificación con la institución, que era uno de los requisitos que nos parecía fundamental", señalaba Gabriel Ruiz Tagle, durante la presentación del ex capitán.
Y justamente el primer cambio radical ya se está llevando a cabo. En los últimos días, el transandino ha trabajado intensamente en la conformación de la secretaría técnica del club, en la que sumará a tres profesionales: el ingeniero civil Matías Cerda (ex analista de Pablo Guede en el Cacique y en Palestino), el ingeniero en administración de empresas Hugo González y el profesor de educación física Enrique Troncoso, todos con postgrados, y quienes tendrán distintas funciones, las que apuntan a una captación eficiente de jugadores y entrenadores para el club, según cuentan desde el entorno del gerente.
Los profesionales que acompañarán a Espina tienen conocimientos en análisis tecnológico, finanzas, márketing, ciencias físicas y comunicaciones deportivas, lo que permitirá desarrollar un trabajo intregral.
La nueva oficina llevará sus operaciones en Chile y el extranjero, con el objetivo de construir una base de datos con nombres que puedan ser alternativas para todas las instancias de la institución. Es decir, para el primer equipo, el fútbol joven, así como valores que sean considerados como una inversión a futuro.
La idea es seguir a cerca de 60 futbolistas en distintas posiciones, en un rango de edad de 20 a 27 años, y con un valor de mercado determinado. Entre ellos, chilenos que juegan en el exterior, extranjeros nacionalizados o de sangre chilena y todos los seleccionados nacionales que juegan en las series menores.
Desde Macul, conocedores del proyecto, afirman que la creación de este departamento facilitará la autonomía de la gerencia deportiva, lo que permitirá profesionalizar la contratación de jugadores, mediante un trabajo de seguimiento constante, que en épocas anteriores no existía.
En ese sentido, aparte de ahorrar tiempo en la búsqueda de jugadores, esta base de datos quedará para el club, más allá del cuerpo técnico que esté. Y servirá como una herramienta útil para ofrecer opciones en caso de que el técnico de turno solicite la contratación de jugadores en puestos específicos.
Asimismo, la intención de la concesionaria es que los representantes solo se relacionen con esta secretaría, lo que, se supone, ayudará a evitar conflictos con estos agentes. Además, con esto esperan reducir el margen de error en las incorporaciones.
No es este el único cambio estructural que prepara Espina. En los próximos meses también deberá entregar sus conclusiones sobre el desarrollo del fútbol joven de los albos. "Tengo que hacer un diagnóstico bastante amplio de las divisiones menores. Me gustaría que tuvieran una identidad relacionada con la historia del club, una identidad futbolística y tratar de proyectar futbolistas", anticipaba hace un tiempo el gerente deportivo, quien ya hace notar su mano.