“La primera sin ti, papá”: la íntima y sentida celebración de Arturo Vidal después de su primer título con el Flamengo

Arturo Vidal está feliz. Exultante. Ha terminado la angustiosa definición por lanzamientos penales, Flamengo ha superado al Corinthians y el Rey suma un nuevo título. La Copa de Brasil es la 24ª corona en la prolífica carrera del volante nacido en San Joaquín. Ese registro le permite ampliar la ventaja que tiene sobre Claudio Bravo en el escalafón de los futbolistas chilenos más ganadores de la historia. Ahora tiene dos trofeos más que el arquero del Betis. También engrosa la lista de países en las que se ha consagrado y llena uno de los pocos vacíos que le quedaban en la vitrina: el de una copa obtenida en Sudamérica distinta a las que había levantado con Colo Colo. De reojo mira hacia otra, su último gran sueño: la Copa Libertadores, que el equipo rojinegro definirá el sábado 29 con Athletico Paranaense. Ya tendrá tiempo para pensar en eso.

Este miércoles, a Vidal le sobraban motivos para estar feliz. Al título se sumaba, también, el reconocimiento que había recibido cuando le tocó salir de la cancha en los 63′, cuando lo reemplazó Matheuzinho. Es cierto que salió con la cara larga y que tuvo que salir David Luiz a consolarle por la decisión que había adoptado el técnico Dorival Júnior, pero también lo es que el Maracaná se vino abajo cuando el chileno dejaba el campo de juego: “Vidal, Vidal, Vidal”, se escuchaba desde todos los sectores del mítico recinto. Más tarde, con la copa en las manos, la decepción daría paso a la alegría. Sin embargo, esta vez, habría significativos matices respecto de otras consagraciones del mediocampista.

Vidal estuvo acompañado de sus principales afectos. Una revisión a la pasada da cuenta de la presencia de su madre, Jacqueline; de su novia, Sonia Isaza; de su representante, Fernando Felicevich; y de su preparador físico, Juan Ramírez, y de los amigos que suele tener a su alrededor. Mal que mal, se trataba de una ocasión especial: era la primera definición con la camiseta que siempre había declarado que quería defender después de su exitoso paso por Europa. El lugar donde eligió estar.

Pero había otro motivo para darle una connotación distinta a la nueva conquista: hacía ocho días, Vidal había perdido a su padre, Erasmo, fue encontrado muerto en el Club Hípico de Santiago producto de un paro cardiorrespiratorio y un shock hipovolémico. La relación entre ambos había estado llena de vaivenes, aunque en el último tiempo alcanzó a recomponerse. Aún así, enfrentado a un complejo dilema, y pese a que se le ofreció un charter para desplazarse hacia Chile y participar de las exequias, Vidal optó por quedarse, por privilegiar sus compromisos profesionales, y viajó con sus compañeros a Sao Paulo, para participar en el partido de ida de la definición que ayer quedó en poder del equipo rubo-preto. Aún así, procuró mantenerse siempre conectado al duro momento familiar. Y si bien en las primeras horas no realizó mención alguna al fallecimiento, anteponiendo incluso una imagen de su desplazamiento a la ciudad que se considera como el centro financiero de Brasil, con el paso de las horas sí despidió a su padre con cariño. Hubo mensajes de afecto hacia “el viejo Chokita” y, también, un live en el que transmitió los fuegos artificiales que uno de sus hermanos, Sandrino, detonó en su homenaje. Su hermana, Ámbar había publicado un mensaje relativo a la reconciliación familiar: “Te perdonamos, papá”.

Después de la coronación, Arturo volvió a acordarse de Erasmo. En una de sus stories de Instagram, en las que alternó imágenes propias con las citas de los saludos que fue recibiendo, publicó una imagen en la que aparecen juntos. El mensaje es elocuente y significativo: “La primera sin ti, papá”.

La coronación con el Fla viene, en efecto, a transformarse en una suerte de alivio en un año especialmente complicado para el Rey. Primero en el plano futbolístico, porque tuvo que dejar el Inter de Milán, un equipo en el que también sumó coronas, pero no logró consolidarse como una figura excluyente, y abandonar Europa, un continente en el que logró forjarse un espacio destacado entre los futbolistas más importantes del mundo.

A nivel personal, en tanto, también sufrió golpes especialmente fuertes. Además de la muerte del padre, el año ha estado marcado por el quiebre de la relación con Carlos Albornoz, el primo al que había llegado a considerar como una figura paterna y al que terminó acusando por la mala administración de sus negocios. En las últimas semanas, eso sí, han surgido luces de una recomposición del vínculo.

El otro golpe es deportivo: el Rodelindo, el ala profesional de Rodelindo Román, del que Vidal es su principal accionista y benefactor, perdió la categoría y cayó desde la Segunda División a la Tercera División A, lo que, en la práctica, lo devuelve al amateurismo. Sin embargo, en San Joaquín se aferran a la opción de que se decida congelar los descensos, con el afán de incrementar el número de clubes en la próxima temporada. Actualmente, la competencia la animan 12 instituciones. Para colmo, el último fin de semana criticó duramente al Hipódromo de Chile por el desenlace de una carrera en la que intervino uno de sus ejemplares. La entidad de Independencia amenazó con iniciar acciones legales en su contra.