La primera vez del fútbol juvenil
Los Odesur, mirados en menos por el balompié (Brasil volvió a faltar) y que se ponen límite de edad, marcan un hito en el palmarés chileno en categorías inferiores. ¿Es una señal de recambio?
Tras el rotundo fracaso en el Sudamericano Sub 20 de Ecuador 2017, donde la Roja terminó sin victorias y última de su grupo, el técnico Héctor Robles estuvo en la cuerda floja durante un buen tiempo. Su cargo fue sostenido por la dirigencia de la ANFP. Y de ahí en más, su equipo fue en ascenso.
Comenzó una preparación de cara al Sudamericano Sub 20 que en enero se jugará en suelo chileno y que entrega pasajes al Mundial 2019 de la categoría, a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 y a los Panamericanos de Lima 2019. El fracaso no puede volver a aparecer. Está prohibido.
En ese proceso, la Roja (Sub 19, según las bases), se topó con los Odesur, donde conquistó, sin derrotas (dos empates y tres victorias, una por penales), el primer lugar. Por eso, de cara a los desafíos venideros, bien vale ponderar el peso real del oro ganado en Cochabamba.
"A Robles lo vi muy contento por la medalla, la celebró harto. Siempre estuvo convencido que la conseguiríamos ¿Si es una revancha? No, sus otros temas son pasado, lo importante ahora es la medalla", señala, aún desde Bolivia, Julio Bórquez, el arquero de toda la primera fase.
Históricamente, el torneo ha sido mirado en menos por la mayoría de las selecciones de la Conmebol, incluso por la chilena. De hecho, de los ocho torneos de fútbol que se han jugado en la historia de los Juegos Sudamericanos, sólo en uno han participado los diez afiliados de Sudamérica. Fue en Santiago 1986, donde ganó la Argentina de Claudio Caniggia y Sergio Goycoechea. Hubo incluso una edición, la de Lima 1990, en que el fútbol sólo se jugó a modo de exhibición.
En todas las otras ediciones al menos dos selecciones se restaron. Chile no estuvo en La Paz 1987 y Valencia 1994. Y todas las otras veces su mejor lugar había sido el cuarto (en dos ocasiones con un total de cuatro participantes).
¿Y en los Juegos de Cochabamba? Se ausentó Brasil (no va desde Santiago 1986), el más laureado de todos en la categoría Sub 20 en campeonatos sudamericanos específicos, con 11 coronas. Tampoco estuvo presente Perú. En contraparte, Chile le ganó la final a Uruguay, el segundo más ganador (8 títulos) de la categoría, igualó en la fase de grupos con el tercero más ganador (5 coronas) y derrotó en semifinales al tercero con más campeonatos (3).
La dificultad, de todas formas, estuvo presente: "Sabía que lo íbamos a sacar adelante. Siempre supimos que sería difícil. Fuimos partido a partido. Gracias a Dios pudimos sacar la medalla", agrega el propio Bórquez.
El oro en Cochabamba, eso sí, asoma como la única conquista chilena a nivel juvenil, que hasta aquí se anotaba como mejores participaciones los segundos lugares en el Sub 20 de Perú 1975; en los Sub 17 de Colombia 1993 y Chile 2017; en los preolímpicos de Ecuador 1984 y Brasil 2000; y los Panamericanos de Indianápolis 1987. Además, había sido tercero en el Mundial Sub 20 Canadá 2017; el Mundial Sub 17 Japón 1993; el Sudamericano Sub 20 Bolivia 1995; el Sudamericano Sub 17 Paraguay 1997 y los Panamericanos Buenos Aires 1951 y Sao Paulo 1963.
Y como única conquista, bien vale preguntarse cuántos de los integrantes del plantel pueden proyectarse a la Roja adulta, justo en momentos en que se discute su recambio. En ese sentido, Marcelo Allende y Ariel Uribe ya juegan en México (Necaxa y Morelia), Nicolás Guerra, Matías Sepúlveda, Tomás Alarcón y Nicolás Fernández suman presencias como titulares en sus equipos, mientras que elementos como Alex Ibacache, Diego Valencia e Ignacio Tapia aún alternan citaciones a los primeros equipos de sus clubes, con presencia en los torneos juveniles de la ANFP.
Chile se quedó con el oro en el fútbol. Lo hizo invicto, en un torneo que no todos toman seriamente, pero donde en un futuro se puede echar mano.
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