El propio Martín Lasarte lo reconoce. “La ausencia de puntos nos obliga a pensar que hay plazas en las que debemos ganar”, manifestó Machete en la conferencia de prensa previa al viaje a Ecuador. De 21 puntos en juego, la selección nacional sólo ha conseguido 6, lo que significa la peor cosecha de Chile desde que las clasificatorias sudamericanas tienen el formato de todos contra todos, al cabo de 7 partidos (un 28,6% de rendimiento).
Sumar es extremadamente necesario para llegar, a lo menos, al quinto puesto que permite un cupo en el repechaje intercontinental. Por eso, la interrogante es evidente: ¿dónde La Roja puede lograr los puntos que no consiguió como local y en su periplo por Venezuela? Restan 11 encuentros, de los cuales 6 son de visita (Ecuador, Colombia, Perú, Paraguay, Bolivia y Brasil). Haciendo una proyección del escenario probable para Chile, considerando los resultados históricos, el panorama no asoma halagüeño.
Jugar en Quito es una parada siempre complicada para la Selección, ya sea por la altitud como por la humedad de la capital ecuatoriana, que se transforma en una fortaleza para La Tri. Hay un dato decidor: la última vez que un futbolista chileno anotó en Ecuador, por Eliminatorias, fue en 1997. Marcelo Salas le dio un punto vital al equipo de Nelson Acosta en la ruta hacia Francia 98. Desde ahí, La Roja visitó el Olímpico Atahualpa en 5 ocasiones y siempre perdió (ahora se juega en el Rodrigo Paz Delgado, la casa de la Liga Deportiva Universitaria).
De los 33 puntos que quedan en disputa, 15 se juegan en Santiago: ante Venezuela, Ecuador, Argentina, Uruguay y Paraguay. Los antecedentes son claros y favorables ante la Vinotinto, La Tri y la Celeste (9 puntos que históricamente se quedan en casa). Pero no tanto cuando el rival es la Albiceleste y la Albirroja. Contra Argentina solo se venció en una ocasión (esa inolvidable noche del 15 de octubre de 2008 en Ñuñoa, con el gol de Fabián Orellana) y se perdió en 5 oportunidades. En el caso del frente a frente con los paraguayos, hay 4 triunfos para cada uno y una igualdad cuando se juega en territorio nacional.
Como forastero, la salida más “optimista” para el combinado nacional es Bolivia, donde generalmente se sale airoso de la altitud de La Paz (se ganó rumbo a los Mundiales de 2006, 2010 y 2014). Visitando Barranquilla, donde Colombia es local, Chile rescató dos igualdades en sus últimas expediciones. Y en Lima, se ganó rumbo al Mundial de 2010 y 2018. Donde el tema se empina para la Selección es que la sumatoria (aproximadamente entre 15 y 21 puntos) es insuficiente para llegar a la barrera de los 25 que permiten, a lo menos, aspirar al quinto lugar. En la eliminatoria pasada, Perú entró a la repesca con 26 unidades. En el caso de Uruguay, que entró al repechaje cuatro veces seguidas, su mínimo de puntuación fue de 24 unidades para Sudáfrica 2010.
En ese sentido, la misión de La Roja es lograr una victoria afuera (y más, mejor) para rearmar este rompecabezas y no depender tanto de la calculadora. Lo único que queda es romper con lo que dice la historia.