La renuncia de Carlos Palacios a la Roja genera varias lecturas. La mayoría, ciertamente, condena al volante ofensivo de Colo Colo. Dejar a la Selección en medio de la complicada situación en la que está en la tabla de las Eliminatorias se parece bastante, en la interpretación de los más acérrimos detractores del jugador, a la traición. En ese contexto, se han alzado varias y notables voces para fustigar la conducta del atacante albo.

La más significativa, sin embargo, es la reglamentaria. La posibilidad de que el mediocampista apareciera en el partido entre el Cacique y Unión La Calera generó alerta. En principio, porque supondría una ventaja para el equipo de Jorge Almirón, que contaría con una figura en un partido decisivo. Y luego, porque, en sentido contrario, también podía exponer al equipo de Pedreros a una sanción que incluye la pérdida de los puntos en juego ante los cementeros si utilizaba a un futbolista que, en rigor, estaba sujeto a la convocatoria. Desde ese momento, la materia se transformó en un asunto de abogados. El atacante viajó a la ciudad cementera, pero en Macul ya dudaban de incluirlo en el duelo. Finalmente, no jugó, porque no fue autorizado. Sí recibió el permiso expreso para estar este domingo ante Palestino.

Los movimientos secretos de Colo Colo y la U

Los actores involucrados no solo son Carlos Palacios, Colo Colo y la Roja. Aunque fueron varios los presidentes de clubes que comenzaron a realizar consultas, en el reparto cobra vital importancia Universidad de Chile. Los azules disputan palmo a palmo el título con los albos. De hecho, el partido ante La Calera revestía especial relevancia en la búsqueda de ese objetivo: si la escuadra de Almirón se imponía, como pasó, superaría a los estudiantiles en la tabla de posiciones con tres fechas por delante.

De ahí que, con extremo sigilo, los laicos activaron a su equipo jurídico para explorar la posibilidad de un reclamo si, efectivamente, Palacios entraba al campo de juego calerano con la camiseta alba, lo que supondría un perjuicio desde el punto de vista deportivo. Los azules, por cierto, tenían cuatro seleccionados: Matías Zaldivia, Fabián Hormazábal, Marcelo Morales y Maximiliano Guerrero. El Cacique, además de Palacios, tenía a Brayan Cortés, Esteban Pavez y Lucas Cepeda, pero el volante central tuvo que ser desafectado por un cuadro de neumonía que incluso obligó a internarlo.

La sigilosa guerra fue sumando elementos. Casi a modo de operación de inteligencia. Durante el fin de semana, surgió la versión de que Aníbal Mosa, el presidente de Blanco y Negro, se habría comunicado con los seleccionados albos para instarlos a que siguieran el camino de Palacios y, en definitiva, privilegiaran los intereses del club. En Macul niegan tajantemente el presunto contacto entre el timonel y los jugadores y, por cierto, miran hacia La Cisterna para buscar al responsable de haber echado a andar el rumor.

Carlos Palacios, en la Selección.

Reglamento y precaución alba

Los albos, por cierto, también movieron a sus efectivos a sus respectivas posiciones. El plan, en su caso, fue defensivo. Lo primero que se activaron fueron las consultas a la ANFP respecto de la posibilidad reglamentaria de arriesgar sanciones si Palacios era utilizado. Ahí, la amenaza está marcada por una disposición de la FIFA, contenida en el Reglamento sobre el Estatuto y la Transferencia de Jugadores. ¿Qué dice la norma? “En el supuesto de infracción de la normativa expuesta relativa a la liberación de jugadores, de acuerdo con el articulo 6 del Anexo I del RETJ, la Comisión Disciplinaria de la FIFA podrá adoptar las sanciones oportunas en base al Código Disciplinario. A pesar de que en este articulo el RETJ no es muy claro, de acuerdo con el articulo 5 del Anexo I del RETJ, el rechazo a la liberación supone que el jugador en cuestión no podrá jugar con el club al que pertenece (salvo autorización de la asociación que lo convoca) durante todo el periodo que dure o debiera durar su liberación, más un periodo adicional de 5 días. Así, y en el supuesto de rechazar la liberación, el jugador tendría la condición de ‘no elegible’ y, por tanto, si el club alinea a dicho jugador durante el periodo que debió ser liberado, se expone a las consecuencias estipuladas en el artículo 55 del Código Disciplinario de la FIFA”, advierte una publicación de Senn Ferrero Sports and Entertaiment.

¿A qué se exponía Colo Colo, de acuerdo a esta interpretación? “En caso de que un jugador participase en un partido oficial para el cual no es elegible, se sancionará a su equipo con derrota por retirada o renuncia (véase art. 31) y una multa de 6.000 CHF como mínimo”, sostiene la legislación.

La publicación supedita a una autorización federativa, en este caso de parte de la ANFP, la posibilidad de que el jugador sea elegible para un partido por su club sin arriesgar sanciones parte de la FIFA. “En la práctica, si un determinado jugador no desea ser convocado por su selección por algún motivo personal, o el propio club solicita a la asociación convocante una excepción por alguna razón deportiva, lo habitual es que se llegue a un entendimiento amistoso con el fin de evitar la intervención de FIFA y las posibles consecuencias disciplinarias”, consigna. Fue lo que, finalmente, ocurrió para el duelo ante los árabes.

Sin embargo, Gerardo Acosta, abogado paraguayo que integró el TAS, una instancia en la que perfectamente podría terminar la controversia, cambia el escenario. “Ese artículo no se aplica. Ese anexo rige las convocatorias de jugadores que juegan en clubes de una asociación distinta a la que convoca”, precisa. El jurista procura ser más específico: “La convocatoria de un jugador inscrito en un club chileno debe regirse por el reglamento nacional, no por el de la FIFA. Eso está clarísimo en el artículo 1 del RETJ de la FIFA”, enfatiza. “Cada federación debe tener su propio reglamento las cuestiones domésticas, locales”, insiste.

Después, hay una serie de disposiciones que son obligatorias en el ámbito nacional y que se pueden aplicar, inclusive, en forma directa, sin que estén en un reglamento local, pero el anexo 1 no se aplica a jugadores que están en un club de la asociación que convoca. Solamente se aplica a la convocatoria de jugadores que están en un club de una asociación distinta a la que convoca. Y la federación chilena debería tener un reglamento de qué pasa cuando se convoca a jugadores que están jugando en Chile. En Paraguay tenemos. El anexo 1 no se puede aplicar. Jamás”, enfatiza.

Carlos Palacios, en el partido de Colo Colo ante Huachipato, en marzo (Foto: Photosport)

¿Qué dice la legislación futbolística chilena al respecto? En principio, expone la importancia de la carencia de un reglamento de Selecciones. La única norma específica es el artículo 71 del texto refundido, coordinado y sistematizado del reglamento de la ANFP, que establece que, en la letra h) del título 2 En el aspecto deportivo, alude a la sanción que puede recibir una entidad por no facilitar a un jugador a la Roja. “El club que se niegue a poner a disposición de la Selección Nacional los jugadores en las fechas indicadas por la Asociación, o que retire alguno de ellos una vez que se han integrado a ella, será sancionado con una multa de 1.000 Unidades de Fomento y de 2.000 Unidades de Fomento, en caso que se repita, por cada jugador, y en cada oportunidad que ello ocurra. Además, el club no tendrá derecho a participar de los excedentes de las selecciones nacionales. Estas sanciones serán aplicadas al club por el Tribunal de Disciplina, a requerimiento del Directorio, el que podrá, además, sancionar al o a los dirigentes responsables de las infracciones cometidas”, especifica. Colo Colo, en rigor, facilitó a Palacios a la Roja, como lo hizo con todos los convocados.

Consultas, documentos y el término clave

En Pedreros, a modo de explicación oficial, supeditaron a Almirón la decisión de utilizar, o no, a Palacios. Sin embargo, en la práctica, las últimas horas estuvieron marcadas por las permanentes consultas respecto del peligro que supondría. La teoría que más cobraba fuerza era que apenas La Joya pisara el campo de juego se abriría el flanco judicial. Es decir, que habrá reclamos respecto de los puntos. Otra vez, por lógica, las miradas apuntaban a la U. “No entiendo, es una locura. Como dice el presidente Aníbal Mosa, desde todos lados nos quieren bajar”, disparó Arturo Vidal. “Lo mas importante es que la dirigencia se dio cuenta. Querían que Carlitos jugara para quitarnos los puntos y que saliera campeón la U”, sentenció el Rey.

En esa línea, la recomendación que recibió Blanco y Negro fue categórica: que Palacios no pisara el campo de juego del Nicolás Chahuán Nazar. Al menos como jugador habilitado. La duda, incluso, abarca el partido del domingo frente a Palestino, en La Cisterna, considerando que la inhabilidad se extendería por los cinco días posteriores al choque ante los cafetaleros.

La única condición en la que Palacios podía actuar sería bajo una autorización escrita de la ANFP que, hasta el momento, no había sido recibida. En el Cacique ni siquiera querían confiar en un permiso de palabra, que igualmente sería materia de discusión en una corte deportiva. Otra vez, con el consiguiente riesgo de un revés.

De igual forma, especialistas en la materia atribuyen, incluso, un rol decisivo al comunicado que emitió la ANFP. “La Gerencia de Comunicaciones y Asuntos Corporativos de la Federación de Fútbol de Chile (FFCh) informa que el seleccionado nacional Carlos Palacios ha sido liberado de la convocatoria debido a que el jugador informó tener problemas personales”, expresó la entidad. En Departamental estimaban que el concepto “liberado” era clave para que no existieran contratiempos para los albos. Aún así, adoptaron precauciones.

La batalla que viene

Palacios fue a La Calera, pero no pudo jugar ante los cementeros. Podrá hacerlo ante Palestino, después de la autorización expresa que los albos recibieron de la ANFP en ese sentido. Poco antes de que el permiso se oficializara, surgió un factor clave: el caso Robbie Robinson. En 2021

Sin embargo, el conflicto está lejos de terminar. En Macul, por ejemplo, analizan, efectivamente, recurrir al máximo tribunal deportivo a nivel mundial. Podrían, por ejemplo, solicitar alguna reparación. “El artículo 5 inciso 1 de FIFA le prohíbe jugar a un jugador cuando sale unilateralmente de una concentración. Y eso le impide, cuando termine la fecha FIFA, que terminó ahora con el partido (de Chile) hasta cinco días jugar por su equipo”, declaró Pablo Milad en Colombia, mientras Palacios estaba concentrado con Colo Colo, listo y dispuesto para ver acción ante los cementeros. Después del partido ante los cementeros, el delantero se preocupó, específica y estratégicamente, de descartar el concepto de unilateralidad y de reforzar el de la autorización para su salida del combinado nacional.

En Quilín, igualmente, toman medidas. De hecho, recurren a un viejo conocido: Eduardo Carlezzo. El abogado ya los asesoró en la controversia por la inclusión de Byron Castillo en la selección de Ecuador. Aunque luego se comprobó la irregularidad, el combinado de la mitad del mundo pudo, igualmente, jugar el Mundial de Qatar y Chile quedó al margen de la fiesta. El jurista también ha asesorado a Colo Colo: lo hizo para contrarrestar un reclamo de los representantes de Pablo Solari por las ganancias de su transferencia a River Plate.

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